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Giovanni Angelo Becciu, cardenal italiano de 76 años, ha vuelto a generar controversia en el Vaticano al declarar públicamente que tiene derecho a participar en el próximo cónclave, su declaración llega pese a haber sido condenado en 2023 por corrupción y otros delitos financieros.
La situación ha desatado un debate jurídico y eclesiástico, ya que, a pesar de la sanción impuesta por el papa Francisco, no existe un documento oficial que lo excluya del proceso de elección papal.
Becciu fue encontrado culpable por un tribunal del Vaticano de una serie de irregularidades financieras, incluyendo:
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El uso indebido de fondos de la Santa Sede.
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La compra sospechosa de un inmueble de lujo en Londres.
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Una donación de 125.000 euros a una ONG presidida por su hermano.
No obstante, Becciu insiste en que no ha sido oficialmente apartado del cónclave, y sostiene que sigue siendo cardenal a todos los efectos. En una entrevista con un medio italiano, explicó que su exclusión solo fue comunicada mediante una nota de prensa, sin respaldo jurídico formal.
Uno de los elementos más polémicos del caso es la falta de una acción canónica formal por parte del papa Francisco. En 2020, el Pontífice le retiró funciones y privilegios, pero no se emitió una renuncia obligatoria ni una expulsión oficial del colegio cardenalicio, esta ambigüedad ha llevado a interpretaciones diversas dentro del derecho canónico, y algunos consideran que Becciu aún puede reclamar sus derechos eclesiásticos.
Aunque no figura en la lista oficial de cardenales electores menores de 80 años, su edad no representa impedimento. Las dudas se centran en su estatus legal y la falta de claridad por parte de las autoridades vaticanas, esta situación podría generar divisiones internas si el prelado insiste en ejercer su voto.
