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El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, fue operado de emergencia la madrugada de este 10 de diciembre debido a una hemorragia intracraneal causada por una caída sufrida el 19 de octubre en el Palacio de la Alvorada, en Brasilia.
La intervención quirúrgica se realizó en el Hospital Sirio-Libanés de Sao Paulo y fue exitosa, sin complicaciones. Tras la operación, Lula fue trasladado a una unidad de cuidados intensivos para una observación cercana mientras se recupera de la cirugía.
El incidente que llevó a la cirugía ocurrió cuando el presidente Lula sufrió una caída en su residencia oficial, lo que le causó una lesión en la nuca que requirió puntos de sutura. A pesar de que en su momento parecía no haber consecuencias graves, el mandatario comenzó a experimentar un dolor de cabeza persistente. Este síntoma lo llevó a realizarse una resonancia magnética, que reveló la hemorragia intracraneal que necesitaba intervención quirúrgica urgente.
La cirugía realizada al presidente Lula se llevó a cabo sin contratiempos y, según los informes de su equipo médico, la intervención se desarrolló con éxito. La hemorragia fue drenada y el presidente se encuentra actualmente en estado "estable". Los médicos han señalado que no presenta secuelas graves de la operación.
El doctor Roberto Kalil, encargado del equipo médico que atiende al presidente, ha indicado que Lula da Silva está "estable", consciente y sin efectos secundarios tras la cirugía. El mandatario está conversando con normalidad, se alimenta bien y no presenta complicaciones. Los médicos confirmaron que el presidente se recupera adecuadamente y se mantiene bajo monitoreo en una unidad de cuidados intensivos.
Aunque el presidente se encuentra en buen estado, los médicos han recomendado que continúe en el hospital bajo vigilancia. Según el doctor Kalil, se espera que Lula permanezca en la unidad de cuidados intensivos hasta la próxima semana, con un monitoreo constante de su estado de salud.