Un nuevo estudio realizado por científicos ha revelado que la Luna tiene una antigüedad de 4.460 millones de años, lo cual confirma la teoría de que nuestro satélite natural se formó poco después de la creación del sistema solar. Estos hallazgos se basan en el análisis de una roca recolectada por la misión Apolo 17 de la NASA en 1972.
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La roca, conocida como "Muestra 76535", fue recogida en el Valle de Taurus-Littrow y ha sido objeto de un análisis exhaustivo durante décadas. Sin embargo, los avances tecnológicos recientes han permitido a los científicos obtener resultados más precisos sobre la edad de la Luna.
Los investigadores utilizaron una técnica llamada espectrometría de masas para analizar la composición isotópica de la roca. Los isótopos son versiones diferentes de un mismo elemento químico, y su proporción puede proporcionar información sobre la edad de una muestra.
Los resultados indican que la roca lunar tiene una edad de 4.460 millones de años, lo cual coincide con la edad estimada de la formación de la Luna. Esto respalda la teoría de que la Luna se formó a partir de los restos de una colisión catastrófica entre la Tierra y un objeto del tamaño de Marte, conocido como "Theia".
Además, el estudio revela que la Luna se enfrió y solidificó rápidamente después de su formación, lo que explica la falta de actividad volcánica en la superficie lunar en comparación con la Tierra.
Estos hallazgos tienen implicaciones importantes para nuestra comprensión de la formación y evolución del sistema solar. Además, proporciona información valiosa para futuras misiones espaciales, ya que la Luna sigue siendo un objetivo de exploración científica y potencialmente una plataforma para futuras misiones tripuladas a otros planetas.