Luego de la espeluznante situación que puso en peligro a 117 pasajeros del vuelo de Alaska Airlines el pasado 5 de enero, tras romperse la puerta de un costado del fuselaje de la aeronave poco después de despegar, dos días después fue encontrada la pieza y el iPhone de uno de las personas.
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El señor Sean Bates, de Vancouver (Washington) publicó el pasado domingo 7 del mes en curso en su perfil de la red social X que encontró el iPhone en Portland, después que la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte pidiera a los ciudadanos de la zona que buscaran piezas que pudieran haberse caído del avión.
Bates dijo a una canal de televisión local que encontró el teléfono junto a una ruta, debajo de un arbusto. Dijo que el iPhone todavía estaba encendido y en modo avión, con un recibo de equipaje para el vuelo de Alaska Airlines todavía en su pantalla.
Pero ¿cómo pudo suceder que el teléfono no terminara hecho pedazos sobre todo por la velocidad final que pudo alcanzar en la caída libre?. Esta pregunta fue respondida por el astrofísico Duncan Watts del Instituto de Astrofísica Teórica de la Universidad de Oslo, que fue entrevistado por el medio local Washington Post.
"Después de un período de tiempo en caída libre, el celular alcanzó una velocidad terminal, lo que significa que no puede acelerar más rápido debido al efecto de la resistencia del aire", explicó el catedrático. Agregó que pudo llegar a unos 48.2803 km/h si caía boca abajo, o alrededor de 160 kilómetros por hora si era en forma perpendicular al suelo.
Precisó que como no hay certeza de cuál fue su posición de caída, se supone que estaría dando vueltas en el aire, por lo que es probable que su velocidad final estuviera cerca del dato mínimo y eso permitió terminar en una pieza.
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Esta semana el consejero delegado de la aerolínea Boeing, David Calhoun, señaló este martes 9 de enero que la compañía cometió un "error" con el avión 737-9 (MAX) de Alaska Airlines, donde un panel se desprendió en pleno vuelo generando una rápida descompresión de la cabina. En paralelo, las autoridades de Estados Unidos decidieron tras el incidente detener gran parte de la flota de aviones Boeing 737-9 (MAX).