La emoción por el Mundial de Fútbol 2030 no solo se siente en los corazones de los aficionados, sino también en las proyecciones económicas que este evento traerá a España, que coorganizará el torneo junto a Marruecos y Portugal. Según estimaciones del Gobierno español, la celebración del Mundial podría aportar al país un impresionante total de 5.120 millones de euros al Producto Interno Bruto (PIB) y generar más de 5.500 millones en gastos turísticos.
Los análisis realizados por diversas instituciones académicas han revelado que el torneo no solo será un evento deportivo de magnitud, sino también una oportunidad significativa para el crecimiento económico. Se prevé que la competición genere alrededor de 82.513 empleos a tiempo completo, lo que representa una inyección positiva al mercado laboral.
Ingresos esperados
En términos de ingresos, se espera que los derechos audiovisuales y de marketing generen un aumento significativo en la audiencia global. La FIFA estima que los ingresos brutos por la venta de entradas y servicios preferentes superarán en un 20% la cifra base, alcanzando más de 190 millones de euros. Esta cifra se basa en una distribución equitativa entre los ingresos por venta de entradas y servicios preferentes, además de incluir otros ingresos relacionados con las instalaciones, como licencias y ventas minoristas.
Gastos de organización
El coste total de la organización del Mundial, según los cálculos, será inferior a lo inicialmente previsto por la FIFA en aproximadamente 238 millones de euros. Entre los principales gastos se encuentran el operativo de televisión (320 millones), la gestión del personal (240 millones), los servicios técnicos (128 millones), el transporte (101 millones) y los servicios a los equipos (90 millones). Estos ahorros se deben a niveles competitivos de precios en áreas clave como la seguridad, la informática y las telecomunicaciones.
El modelo de organización conjunta entre tres países y la propuesta de utilizar hasta 20 estadios en 17 ciudades anfitrionas también contribuyen a optimizar el presupuesto, permitiendo que los posibles recortes en gastos sean compensados adecuadamente.