Estados Unidos continúa consolidándose como líder mundial en productividad, un estatus que se ve reforzado por iniciativas innovadoras como el proyecto del equipo de Sreenivasan en el Instituto de Electrónica de Texas. Este consorcio público-privado está desarrollando una investigación pionera de 1.400 millones de dólares para crear chips que utilicen materiales distintos al silicio y que apilen componentes verticalmente. El éxito de este proyecto podría revolucionar la arquitectura básica de los semiconductores, un componente crítico en la tecnología moderna.
Una de las características más notables de este esfuerzo es su financiación. La Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de Defensa (DARPA), conocida por su papel fundamental en la invención de Internet y el desarrollo de tecnologías que han transformado el mundo, ha aportado 840 millones de dólares a esta investigación. La DARPA no solo es sinónimo de innovación, sino que también es un pilar en la explicación del porqué Estados Unidos se destaca en productividad frente a otros países.
Remuneración de un trabajador promedio
En términos económicos, el trabajador estadounidense medio genera aproximadamente 171.000 dólares en producción económica este año, superando considerablemente a sus contrapartes en la zona del euro (120.000 dólares), Gran Bretaña (118.000 dólares) y Japón (96.000 dólares). Este aumento del 70% en la productividad laboral desde 1990 es notable, especialmente al compararlo con los incrementos en otras regiones: 29% en Europa, 46% en Gran Bretaña y 25% en Japón.
Menos tiempo para vacacionar
Una crítica común a esta cifra es que la productividad estadounidense podría estar inflada debido a las menores vacaciones que disfrutan los trabajadores en comparación con sus pares internacionales. Sin embargo, incluso al evaluar la productividad por hora trabajada, la brecha sigue siendo significativa: un crecimiento del 73% en Estados Unidos desde 1990 frente al 39% en la zona de Europa, y del 55% tanto en Gran Bretaña como en Japón.
Este panorama resalta cómo la combinación de inversión en investigación, innovación tecnológica y un enfoque en la eficiencia laboral han permitido a Estados Unidos mantener su liderazgo global en productividad.