A medida que se acercan las elecciones presidenciales en Estados Unidos, un grupo de siete estados indecisos se ha convertido en el centro de atención para los candidatos. La demócrata Kamala Harris y el republicano Donald Trump están dedicando todos sus esfuerzos a captar el apoyo de los votantes en estos territorios.
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Los siete estados podrían definir el resultado de la contienda electoral del 5 de noviembre. Con aproximadamente 244 millones de personas habilitadas para votar, el sistema electoral estadounidense establece que el ganador no es necesariamente quien obtenga la mayor cantidad de votos populares, sino quien logre alcanzar los 270 votos del colegio electoral.
Pensilvania y Georgia: los focos de atención
Pensilvania se destaca como el estado más crucial, con 19 votos electorales en juego. Este territorio fue ganado por Trump en 2016, pero en 2020, Joe Biden logró revertir la situación. Los votantes de Pensilvania están motivados por la economía y la alta inflación, lo que hace que su apoyo sea vital para ambos candidatos. La votación por correo ya ha comenzado, lo que añade un elemento de urgencia a las campañas.
Georgia, con 16 votos electorales, también es un estado clave. Aquí, el Partido Republicano busca movilizar a los votantes en áreas metropolitanas como Atlanta, mientras que los demócratas intentan captar el apoyo de la población afroamericana, que representa un tercio de los votantes. Este estado fue significativo en 2020, ya que fue la primera vez que un candidato demócrata ganó Georgia desde 1992.
Carolina del Norte y Michigan: territorios en juego
Carolina del Norte, que también cuenta con 16 votos electorales, ha sido históricamente un bastión republicano, excepto en 2008. Trump ganó aquí en 2020 por un margen estrecho de poco más de 70,000 votos. Actualmente, el estado se recupera de los daños causados por el huracán Helene, lo que podría complicar la votación anticipada.
Michigan, con 15 votos electorales, ha sido un territorio confiable para los demócratas, pero en 2016, Trump logró ganar gracias a su apoyo entre los votantes blancos de clase trabajadora. Este año, la diversidad de la población podría favorecer a Harris, aunque las preocupaciones económicas siguen siendo primordiales para los votantes.
Arizona, Wisconsin y Nevada: la diversidad es un factor decisivo
Arizona, con 11 votos electorales, ha visto un cambio en su demografía y en su apoyo político. Históricamente republicano, Biden logró ganar el estado en 2020 por un estrecho margen. La inmigración irregular es una de las principales preocupaciones de los votantes, y tanto Trump como Harris han intensificado sus discursos sobre este tema.
Wisconsin, que aporta 10 votos electorales, ha sido un estado donde las victorias se han decidido por márgenes muy estrechos, a menudo menos del 1%. En este contexto, 20,000 votos pueden ser decisivos. Por su parte, Nevada, aunque solo tiene 6 votos electorales, presenta una población diversa, con un 40% de votantes latinos, negros o asiático-americanos.