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El banco estadounidense Wells Fargo anunció la entrada en vigencia de un nuevo sistema para transferencias bancarias, eliminando el modelo tradicional que sus clientes conocían, desde el 22 de mayo, las transferencias electrónicas estarán sujetas a estrictos controles, lo que representa un cambio profundo en la forma de enviar dinero por medios digitales.
Una de las principales consecuencias de esta nueva política es que todas las transferencias estarán bajo una vigilancia más estricta. El banco podrá demorar, rechazar o bloquear cualquier operación que considere irregular o sospechosa, incluyendo envíos entre cuentas propias o hacia terceros. Además, la disponibilidad inmediata de los fondos puede verse comprometida, lo que afecta la planificación financiera del cliente.
Otro aspecto controversial del cambio es que las transferencias autorizadas por el cliente, incluso bajo engaño, ya no se considerarán no autorizadas. Esto significa que, si un cliente es víctima de una estafa y aprueba una operación, ya no tendrá respaldo legal para reclamar el dinero, esto limita las posibilidades de reembolso en casos de fraude digital.
¿A quién afecta la nueva medida?
La nueva política afecta a todos los clientes que utilicen los canales digitales de Wells Fargo, como:
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Wells Fargo Online
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Wells Fargo Business Online
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Wells Fargo Mobile
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Plataforma de Wells Fargo Advisors
Aquellos que realizan operaciones frecuentes, transferencias internacionales o envíos de grandes sumas estarán más expuestos a bloqueos y demoras inesperadas.
¿Qué es una EFT y por qué importa?
Una Transferencia Electrónica de Fondos (EFT) es una operación digital regulada en EEUU por la Ley EFTA y el Reglamento E. Este sistema permite mover dinero mediante cajeros, teléfonos, apps móviles, computadoras y tarjetas. Con las nuevas normas, las EFT perderán parte de las protecciones que antes ofrecían a los consumidores, especialmente si el banco interpreta una transferencia como riesgosa.