En los próximos días, muchas personas podrían perder el beneficio de los cupones SNAP debido a nuevas reglas establecidas por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA).
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Estas modificaciones afectan principalmente a los llamados Adultos Aptos Sin Dependientes (ABAWD, por sus siglas en inglés) entre 18 y 54 años que reciben asistencia alimentaria. A partir del 1 de octubre de 2024, aquellos que no cumplan con los requisitos de trabajo establecidos—trabajar al menos 80 horas al mes—perderán el acceso a los cupones después de tres meses.
Esta medida tiene como objetivo incentivar la autosuficiencia y reducir la dependencia del gobierno, pero ha generado controversia. Mientras algunos defensores consideran que estos requisitos son necesarios para fomentar la independencia financiera, los críticos argumentan que penalizan injustamente a personas que enfrentan barreras significativas para encontrar empleo, como la falta de acceso a trabajos estables, transporte o atención médica adecuada. Además, se teme que el recorte en la asistencia alimentaria pueda agravar la inseguridad alimentaria y la pobreza en estos grupos vulnerables.
Excepciones y grupos afectados
No todas las personas entre 18 y 54 años estarán sujetas a estas nuevas reglas. Hay varias excepciones que incluyen a aquellos que son veteranos, personas con discapacidades, mujeres embarazadas y personas que tienen a su cargo a un menor de 18 años. Aquellos que cumplen con estos criterios no estarán obligados a seguir las nuevas normas de trabajo para continuar recibiendo beneficios SNAP.
Sin embargo, aquellos que no califican para estas excepciones y que no cumplan con los requisitos de trabajo impuestos por el USDA, verán cómo su acceso a la asistencia alimentaria se reduce drásticamente. Esto significa que muchos estadounidenses podrían enfrentarse a una situación económica aún más precaria si no logran cumplir con estas nuevas exigencias en un contexto laboral que, en muchos casos, sigue siendo difícil.
Estas nuevas reglas son parte de un esfuerzo mayor para reformar el sistema de asistencia social en Estados Unidos, con el objetivo de fomentar el empleo entre los beneficiarios. Sin embargo, el impacto en la vida de las personas afectadas sigue siendo un tema de debate y preocupación. Las organizaciones de ayuda y defensores de los derechos sociales ya están advirtiendo sobre las posibles consecuencias negativas de estas políticas, instando a que se consideren otras soluciones que no dejen a las personas más vulnerables sin el apoyo necesario.