Recientemente, el Gobierno de Texas implementó una nueva barrera de alambre de navajas en el río Bravo, en la frontera de México. El hecho se generó, pese a las críticas del Gobierno mexicano y los inminentes riegos que representa para los migrantes provenientes de diversos países, los cuales atraviesan la región.
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Por su parte, el pastor Francisco González, director de la Red de Albergues “Somos Uno por Juárez” informó que a EFE que la medida es “muy lamentable”, debido a que las barreras han herido a cientos de migrantes e inclusive han provocado la muerte de algunos.
“Ahora que han puesto ya triple alambrada es más complicado, es más riesgoso y eso no va a detener que ellos desistan de ir para allá, sabemos que no va a ser así, por lo complicado que está en sus países, van a seguir intentando (hasta) lograrlo”, explicó González.
Mientras que, los ambientalistas señalaron que el republicano Greg Abbott, aplica medidas “inhumanas”, que suelen atentar contra los más vulnerables incluyendo niños y mujeres. De igual modo, incitan a la búsqueda de otros caminos, en los cuales pueden caer en las redes de traficantes.
En reiteradas oportunidades, el Gobierno mexicano se ha enfrentado al estadounidense. En julio pasado, el gobernador Abbot instaló alambres de navajas junto a un cerco de boyas en el fronterizo, lo cual fue catalogado por el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, catalogó como “inhumano”, además, lo asoció con las elecciones presidenciales de Estados Unidos 2024.
El vocero de la Diócesis de Ciudad Juárez, Juan Carlos López Morales, exhortó a las autoridades estadounidenses a dejar de ver a los migrantes como un problema. Se trata de personas en búsqueda de mejorar su calidad de vida y obtener nuevas oportunidades.
“De por sí, ya la migración es arriesgada, salir del país, la cultura, la soledad, la familia, la delincuencia, esto es un obstáculo final”, sentenció López.