El lunes pasado, la Ciudad de Nueva York fue escenario de un tiroteo aterrador cuando Shane Devon Tamura, un joven de 27 años originario de Nevada, abrió fuego indiscriminadamente con un rifle de largo alcance en el lobby del edificio 345 de Park Avenue. Este trágico evento dejó un saldo de cuatro personas muertas, incluyendo a un agente del Departamento de Policía de Nueva York (NYPD), y dos heridos, antes de que el atacante se quitara la vida.
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Llamado a la acción por parte de las autoridades
Las autoridades neoyorquinas han expresado su profunda preocupación no solo por la brutalidad del acto, sino también por las leyes federales sobre el porte de armas. A pesar de que Tamura tenía antecedentes documentados de problemas de salud mental, logró acceder a un rifle que le permitió llevar a cabo esta tragedia.
La gobernadora del Estado, Kathy Hochul, hizo un llamado urgente a los legisladores federales para que frenen la tenencia indiscriminada de armas. “Nueva York perdió cuatro vidas inocentes en un horrible acto de violencia. Entre ellas se encontraba el agente Didarul Islam, un veterano que deja atrás a una esposa embarazada y dos hijos pequeños”, lamentó Hochul. La gobernadora subrayó que, aunque Nueva York cuenta con algunas de las leyes sobre armas más estrictas del país, los estados vecinos con regulaciones más laxas permiten que armas peligrosas lleguen a la Gran Manzana.
La necesidad de una prohibición nacional
Hochul enfatizó que es momento de pasar de las palabras a la acción. “El pueblo estadounidense está cansado de pensamientos y oraciones. Merecen acción. El Congreso debe armarse de valor para enfrentarse al lobby de las armas y aprobar finalmente una prohibición nacional de las armas de asalto”, declaró.
Inversión en salud mental
Además del llamado al control de armas, el tiroteo ha puesto en evidencia la urgente necesidad de invertir en programas de salud mental. Tamura dejó una nota en la escena expresando su enojo hacia su enfermedad mental y su experiencia con el fútbol americano. La comisionada del NYPD, Jessica Tisch, confirmó que existían antecedentes documentados sobre su salud mental que no fueron tratados adecuadamente.
El alcalde Eric Adams también expresó su preocupación por cómo Tamura pudo obtener un arma letal a pesar de su historial de problemas mentales. “No parece lógico que una persona con antecedentes documentados de enfermedad mental logre obtener un permiso y un rifle de alta potencia”, afirmó Adams.
El alcalde subrayó que este tipo de incidentes perjudica a ciudades como Nueva York, que han estado trabajando arduamente para eliminar las armas ilegales de sus calles. “Es preocupante que alguien pueda conducir desde una zona con leyes más laxas y entrar a nuestra ciudad con un arma automática”, concluyó.