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Una ley centenaria que penaliza el adulterio en la ciudad de Nueva York está cerca de ser derogada. Esta normativa, vigente desde 1907, permite imponer penas de cárcel y multas a quienes cometan adulterio, pero ha sido aplicada de manera muy esporádica en las últimas décadas. El asambleísta Charles Lavine lidera la iniciativa para eliminar esta ley, argumentando que es obsoleta y que el estado no debería intervenir en el comportamiento sexual consensuado entre adultos.
El artículo 255.17 del código penal de Nueva York clasifica el adulterio como un delito menor, punible con hasta 90 días de prisión o una multa de 500 dólares. Aunque la ley ha estado en vigor por más de un siglo, su aplicación ha sido mínima. Desde 1972, solo 13 personas han sido acusadas bajo esta normativa, con solo cinco condenas. Esto demuestra su uso esporádico y sugiere que la ley no es relevante en la sociedad actual.
La propuesta para derogar la ley fue presentada en marzo de 2024 y ha pasado con éxito por la Asamblea y el Senado. Ahora, solo necesita la firma de la gobernadora Kathy Hochul para entrar en vigor. Lavine y otros defensores de la derogación sostienen que la ley es una reliquia de tiempos pasados y que su eliminación es necesaria para reflejar los valores modernos y la privacidad de los ciudadanos.
La senadora estatal Liz Krueger también apoya la eliminación de la ley de adulterio. Ella argumenta que la normativa ha sido usada en raras ocasiones, y cuando se ha aplicado, ha servido principalmente como una herramienta de coacción en disputas matrimoniales. Krueger sostiene que la ley no tiene sentido en la sociedad actual y debería ser eliminada para reflejar mejor los valores contemporáneos de privacidad y libertad personal.
No obstante, Nueva York no es la única jurisdicción en Estados Unidos con leyes contra el adulterio. Otros estados y ciudades también mantienen normativas similares en sus códigos penales. Sin embargo, la tendencia ha sido reconsiderar estas leyes y, en muchos casos, derogarlas. Estados como Colorado y New Hampshire ya han eliminado sus leyes de adulterio, reflejando un cambio en los valores sociales y una mayor protección de la privacidad.