La calidad del aire en la ciudad de Nueva York ha caído drásticamente en los últimos días debido al humo denso que ha llegado desde los incendios forestales en Canadá. Este fenómeno, que ya ha afectado a la región en otras ocasiones este año, ha generado una nube de neblina visible sobre la ciudad, afectando la salud y la rutina diaria de millones de neoyorquinos.
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Incendios en Canadá
Los incendios forestales en Canadá han sido especialmente severos este año, y el viento ha transportado el humo hacia el sureste, cubriendo gran parte del noreste de los Estados Unidos. Nueva York, como una de las áreas metropolitanas más grandes y densamente pobladas del país, ha sido particularmente afectada.
Aunque en esta ocasión los niveles de humo no son tan altos como los registrados en junio de 2023, cuando la ciudad experimentó algunos de los peores índices de calidad de aire del mundo, el impacto sigue siendo significativo.
La Agencia de Protección Ambiental (EPA) ha emitido alertas sobre la calidad del aire, recomendando que las personas, especialmente aquellas con problemas respiratorios, limiten su exposición al aire libre. Las autoridades también han instado a la población a monitorear los niveles de calidad del aire a través de aplicaciones y sitios web dedicados.
Consecuencias para la salud pública
El humo que proviene de los incendios forestales contiene una mezcla de partículas finas que pueden penetrar profundamente en los pulmones, agravando condiciones respiratorias preexistentes como el asma y la bronquitis, y aumentando el riesgo de problemas cardiovasculares. Además, la exposición prolongada a este tipo de contaminación puede provocar irritación en los ojos, la garganta y la piel, así como dolores de cabeza y mareos.
A pesar de que los índices actuales se encuentran en niveles "moderados", según el Departamento de Conservación Ambiental del Estado de Nueva York (NYSDEC), la situación podría empeorar dependiendo de las condiciones meteorológicas y la intensidad de los incendios en Canadá. En respuesta, las autoridades han aconsejado a los residentes de Nueva York que permanezcan vigilantes, especialmente durante los días más calurosos, ya que el calor puede amplificar los efectos negativos del humo.
El regreso del humo a Nueva York subraya la creciente interconexión de los fenómenos climáticos a nivel global. Los incendios en Canadá, alimentados por condiciones de sequía y calor extremo, no solo afectan a las comunidades locales, sino que también tienen repercusiones significativas para las grandes ciudades a miles de kilómetros de distancia.