El Departamento de Justicia de Estados Unidos ha presentado serias acusaciones contra TikTok, señalando que la popular red social ha estado recopilando información personal de sus usuarios de manera indebida.
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Según documentos judiciales presentados recientemente, TikTok, en conjunto con su empresa matriz ByteDance, ha desarrollado un sistema que permite a sus empleados recopilar y compartir datos sensibles de los usuarios estadounidenses.
Las acusaciones detallan que los empleados de TikTok utilizaron un sistema interno de comunicación llamado Lark para enviar información a los ingenieros de ByteDance en China. Estos datos, que incluyen temas controvertidos como el aborto, la religión y el control de armas, eran almacenados en servidores ubicados en China, aunque no se especifica cómo se gestionaba dicha información una vez almacenada.
Preocupaciones de seguridad y libertad de expresión
La revelación de estas prácticas ha generado gran preocupación entre legisladores y funcionarios del gobierno de Biden. Temen que la recopilación de datos por parte de ByteDance pueda permitir a China manipular la opinión pública en Estados Unidos, utilizando la información para influir en el contenido que los usuarios ven en la plataforma.
En respuesta a estas acusaciones, TikTok ha defendido su compromiso con la protección de los datos de sus usuarios y ha argumentado que una prohibición de la plataforma vulneraría la libertad de expresión, amparada por la Primera Enmienda de la Constitución estadounidense. La empresa afirma que la prohibición equivaldría a "silenciar" a los 170 millones de usuarios que utilizan la red social en Estados Unidos.
Venta de TikTok
Estas acusaciones se producen en un contexto de creciente escrutinio sobre las operaciones de TikTok en Estados Unidos. En abril, el Congreso estadounidense aprobó una ley que obliga a ByteDance a vender TikTok a un inversor de un país que no sea considerado “adversario” por Washington. La legislación otorga a ByteDance un plazo de nueve meses para completar la venta, con una posible extensión de 90 días otorgada por el presidente, lo que da a la compañía un máximo de un año para cambiar de propietario o enfrentar una prohibición.
Las tensiones entre Estados Unidos y China han aumentado en los últimos años, y las preocupaciones sobre la seguridad de los datos y la privacidad han llevado a una mayor vigilancia de las aplicaciones y servicios de tecnología chinos. TikTok, siendo una de las aplicaciones más populares entre los jóvenes, se encuentra en el centro de este debate, enfrentando desafíos legales y políticos que podrían definir su futuro en el mercado estadounidense.
