Max Verstappen, actual líder del campeonato de Fórmula 1, enfrentará un desafío en el Gran Premio de Brasil tras confirmarse una sanción que lo obligará a comenzar la carrera cinco posiciones por detrás de lo que logre en la clasificación. Esta medida se debe al reemplazo de su motor de combustión interna por sexta vez en la temporada, superando el límite permitido de cuatro. A diferencia de la sanción anterior en el GP de Bélgica, donde perdió diez posiciones, esta vez la penalización es de cinco, por ser la segunda vez que cambia este componente.
NOTAS RELACIONADAS
Red Bull parece tener una estrategia con Max Verstappen
La estrategia de la escudería Red Bull para cambiar el motor en Brasil no es casual. Interlagos es un circuito conocido por facilitar los adelantamientos, lo que permite a Verstappen recuperar terreno con mayor facilidad que en otros trazados. La medida se tomó después de que el equipo detectara una reducción de la velocidad punta en el propulsor Honda durante el GP de México, donde el conductor perdió entre 3 y 8 km/h en las rectas, lo que contribuyó a que otros equipos como Ferrari y McLaren lo rebasaran.
La situación técnica de Red Bull requería una respuesta rápida. Durante el fin de semana en México, el neerlandés ya había enfrentado problemas por una pérdida de aire en su motor, lo que le costó parte de las sesiones de práctica. Para evitar que rivales como Mercedes también capitalicen sobre sus debilidades, el equipo optó por esta sanción estratégica en Brasil.
Además del motor, Verstappen y Red Bull realizaron un cambio en el escape, el octavo de la temporada. Aunque esto está en el límite de lo permitido y no conlleva penalización, cualquier otro cambio en este componente podría significar nuevas penalizaciones. Este segundo castigo consecutivo se produjo después de su sexto puesto en México, donde también fue multado.
