Mike Tyson tuvo una carrera muy polémica y han pasado más de dos décadas desde su última victoria como boxeador profesional.
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Desde su regreso al ring en enero de 1999, Tyson se había mantenido invicto en cinco peleas consecutivas, con tres victorias por nocaut y dos peleas sin decisión. En esta ocasión, su oponente fue el danés Brian Nielsen, quien, pese a su valentía y resistencia, no pudo soportar el poder de Tyson y terminó sucumbiendo en el sexto asalto.
La pelea, que estuvo rodeada de cierta polémica en su previa, tuvo un momento tenso durante la conferencia de prensa. Nielsen llamó a Tyson “abekat,” una palabra danesa que significa "gato mono" y que se usa para describir a alguien que actúa de manera tonta.
Sin embargo, la palabra fue traducida incorrectamente como "hombre mono", lo cual ofendió a Tyson, quien percibió el comentario como un insulto racial. En respuesta, Tyson afirmó que el comentario lo motivaría a castigar aún más a Nielsen en el ring. Y cumplió su promesa.
Desde el inicio del combate, Tyson se mostró agresivo y preciso. El ex campeón conectó golpes contundentes a un Nielsen que, sin mucho movimiento defensivo, optó por enfrentar a Tyson de frente.
En el tercer asalto, con 35 segundos restantes, Tyson desató una combinación de seis golpes a la cabeza de Nielsen, enviándolo contra las cuerdas y luego a la lona, solo el segundo derribo en la carrera del boxeador danés. Nielsen, valiente, logró reincorporarse antes de que terminara el asalto.
A pesar de la resiliencia de Nielsen, la pelea continuó dominada por Tyson, quien aprovechó la falta de movilidad defensiva de su oponente. Para el final del sexto asalto, el ojo izquierdo de Nielsen estaba completamente cerrado debido a un corte que sufrió en el segundo round. Cuando sonó la campana para iniciar el séptimo asalto, Nielsen, visiblemente lastimado, decidió no continuar y le informó al árbitro Steve Smoger que no podía seguir.
La victoria de Tyson por nocaut técnico marcó un hito en su carrera, ya que fue su combate más largo desde su derrota en el undécimo asalto ante Evander Holyfield en 1996. En las seis peleas desde entonces, ninguna había pasado del quinto asalto. Tyson demostró que, a pesar del paso del tiempo, su poder y su habilidad para acabar con sus rivales seguían intactos.