EL pasado sábado fue celebrado la carrera más importante de Brasil, el Grande Premio Brasil, que estuvo cerca de terminar en un desastre para el jockey Leandro Henrique, quien comenzó a celebrar a 50 yardas antes de la meta, y por poco pierde el compromiso para superar por nariz a Valparaiso.
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La carrera celebrada en el hipódromo más grande de Brasil, el Hipódromo de Gávea, presentó la victoria de Sinsel, sexta en la carrera para el entrenador Luiz Esteves, lo que significa que califica para correr en la Breeders' Cup Turf de $5 millones.
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Sinsel, de 3 años, tomó la delantera en los últimos tres furlongs (600 metros) y contuvo a Valparaiso por una nariz para ganar el Grande Premio Brasil (G1) el 22 de junio en el Hipódromo da Gavea en Río de Janeiro, con una celebración tenaz de su piloto que le valió una suspensión y multa, por tal comportamiento.
El jockey brasileño Leandro Henrique fue suspendido 59 días y multado con R$2.120 por una celebración prematura en la carrera más importante de su país, según informó el Turf Diario este 27 de junio.
La sanción se basa en el artículo 122 del reglamento de carreras del país, que establece: «Los caballos deben ser montados de forma competitiva y con el máximo esfuerzo hasta la meta». La norma continúa: «Se prohíbe cualquier celebración prematura que provoque que el jinete afloje el ritmo, así como cualquier acción que ponga en riesgo la seguridad del caballo o del jinete».
Henrique recibió una multa de R$2.000 por la celebración y R$120 por derrapar durante el último furlong. En total, la multa asciende a aproximadamente $386 USD.
Mientras celebraba, Valparaíso, que avanzaba velozmente, se abalanzó sobre la barandilla y casi se lleva la victoria, pero Henrique y su montura Sinsel ganaron por una nariz.
“No vi al caballo por dentro”, admitió Henrique en declaraciones al Jockey Club Brasileiro. “Quiero disculparme con el Sr. Esteves y con los propietarios, Stud Red Rafa. Esto no volverá a suceder”.
Continuó: “Mucha gente me juzga por no ser frío, pero solo quienes han montado caballos saben lo que realmente ocurre cuando estás a punto de ganar la carrera más importante del país. Es indescriptible.
Gracias a Dios, me di cuenta de la amenaza a tiempo y aseguré la victoria. Hablé con el entrenador y los dueños, todo está bien y lo resolvimos nosotros mismos. Al final, las carreras se tratan de una sola cosa: cruzar la meta primero. Y lo logré.
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