Después de casi dos años fuera de las canchas por una sanción que conmocionó al mundo del fútbol y por afrontar serios problemas personales, Paul Pogba ha vuelto. Este sábado, el AS Mónaco anunció oficialmente la incorporación del mediocampista francés por las próximas dos temporadas. En la firma del contrato, las lágrimas de Pogba dijeron más que cualquier discurso: emoción pura, redención y una segunda oportunidad.
NOTAS RELACIONADAS
Con 31 años, Pogba encuentra en el Principado una oportunidad no solo para volver a competir al más alto nivel, sino también para sanar emocionalmente tras un periodo que puso a prueba su fortaleza mental. Las imágenes de la firma recorrieron el mundo: el campeón del mundo con Francia en 2018, conmovido hasta las lágrimas, abrazando esta nueva etapa con humildad y esperanza.
Un segundo aire en la Ligue 1
Más allá del fichaje en sí, el regreso de Paul Pogba representa un guiño a todos los románticos del fútbol. Ese jugador talentoso, dominante en el mediocampo, que con su potencia, visión y carisma supo brillar tanto en la Juventus como con la selección francesa, busca reencontrarse con su mejor versión.
Mónaco, que ha sabido resurgir como semillero y plataforma de relanzamiento para grandes figuras, le ofrece un contexto ideal: menor presión mediática, enfoque deportivo y espacio para liderar. El club apuesta por un Paul Pogba renovado, mientras que él apuesta por reencontrarse con su esencia.
