El Real Madrid mantiene la esperanza de que la lesión muscular que obligó a Kylian Mbappé a abandonar el campo ante el Atalanta sea solo una sobrecarga, lo que le permitiría regresar pronto a la acción.
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El delantero francés, pieza clave del equipo, se retiró cojeando del Gewiss Stadium de Bérgamo tras sentir molestias en el isquiotibial izquierdo a los 35 minutos del partido de la Liga de Campeones, encendiendo las alarmas en el entorno madridista.
Mbappé había iniciado el encuentro de forma espectacular, anotando el gol que adelantó a los blancos y participando activamente en el ataque. Sin embargo, la lesión lo obligó a pedir el cambio, dejando un vacío notable en el equipo de Carlo Ancelotti.
El entrenador italiano intentó calmar los ánimos tras el partido, asegurando que las primeras evaluaciones apuntaban a una sobrecarga muscular. “Es una molestia en el isquio. No parece nada serio”, comentó Ancelotti, dejando entrever un optimismo moderado sobre la situación del astro francés.
De regreso en Madrid, Mbappé descansará para reducir la inflamación en la zona afectada antes de someterse a una resonancia magnética en Valdebebas el jueves. Este examen determinará la gravedad de la lesión y si será necesario que se pierda más partidos además de la visita del sábado al Rayo Vallecano en LaLiga.
El principal objetivo del Real Madrid es tener a Mbappé disponible para la final de la Copa Intercontinental el 18 de diciembre en Catar, un torneo que podría marcar el primer título internacional del francés con el equipo blanco.
La expectativa en el club es que Mbappé haya actuado con prudencia al detenerse antes de sufrir una lesión más grave, lo que permitiría un regreso más temprano. Por ahora, los madridistas cruzan los dedos y esperan buenas noticias que confirmen que su estrella estará lista para liderar al equipo en la decisiva etapa final del año.