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Seúl se convirtió en el set real de "El Juego del Calamar", con un espectacular desfile masivo que celebró el estreno de la tercera y última temporada de la serie.
La procesión comenzó alrededor de las 19:30 hora local el sábado 28 de junio, en la histórica plaza Gwanghwamun y avanzó por Sejongdae-ro hasta llegar al Ayuntamiento, transformando el centro de la ciudad en un verdadero escenario distópico.
Seúl se rinde a "El Juego del Calamar"
La iniciativa formó parte de la semana “K‑Content Seoul Travel Week”, una campaña conjunta entre el gobierno metropolitano y Netflix para festejar el legado de la producción y promover el turismo en la capital surcoreana.
Miles de fanáticos participaron disfrazados como los conocidos guardianes de uniforme rosa y los jugadores en monos verdes, generando una atmósfera surrealista y fiel a la serie.
Entre las atracciones más icónicas destacaba la enorme muñeca Young‑hee con cabeza giratoria, además de grandes réplicas de dalgona, símbolos geométricos legendarios (círculo, triángulo y cuadrado) y carros alegóricos inspirados en los desafíos de la saga.
Bandas en vivo interpretaron la música de la ficción mientras la fachada del palacio de la ciudad se iluminaba con imágenes de la muñeca y del enigmático Front Man, creando un ambiente inmersivo que cautivó a la multitud.
La presencia de sus protagonistas
El evento alcanzó su punto culminante cuando hicieron acto de presencia el creador Hwang Dong‑hyuk y las estrellas Lee Jung‑jae (Gi‑hun) y Lee Byung‑hun (Front Man), quienes subieron al escenario frente al Ayuntamiento y agradecieron emocionados la recepción del público.
Jung‑jae confesó sentirse abrumado por el cierre de una era, mientras Byung‑hun describió al fenómeno como “una línea audaz en la historia del contenido coreano”.
La tercera temporada, estrenada el 27 de junio, consta de seis episodios donde Gi‑hun regresa al juego con la intención de destruirlo desde adentro. Se centra en el enfrentamiento ideológico entre él y el Front Man, cerrando un ciclo narrativo que surgió en 2021.
El desfile no solo celebró el final de la historia, sino que también consolidó el poder cultural surcoreano en el mundo del entretenimiento.