Desde mediados de los años 2000 hasta su muerte en julio de 2025, Hulk Hogan, cuyo nombre real era Terry Gene Bollea, soportó un desgaste físico extremo que dejó huella más allá del cuadrilátero.
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En una entrevista con Logan Paul en octubre de 2024, Hogan confesó haber sido sometido a más de 25 operaciones durante la última década, incluyendo al menos diez cirugías de espalda, reemplazos de rodillas y caderas, así como intervenciones en hombros, ojos y abdomen.
Hulk Hogan enfrentó operaciones de alto riesgo
Durante gran parte de su retiro, el estadounidense atravesó dolor crónico y artrosis derivada de una carrera de peso pesado y golpes constantes contra el ring. En 2013 demandó al Laser Spine Institute por una serie de operaciones que, en su opinión, empeoraron sus problemas de columna.
En mayo de 2025, el veterano luchador fue intervenido por una cirugía cervical de fusión anterior (ACDF) en cuatro niveles, diseñada para aliviar el dolor y corregir la inestabilidad vertebral.
La operación también afectó tráquea y cuerdas vocales, prolongando su recuperación más de lo previsto pese a informes oficiales que hablaban de un proceso exitoso y recuperación rápida.
En junio de 2025 surgieron rumores alarmantes sobre su estado de salud, incluyendo supuestos signos de paralización y estar en coma. Sin embargo, su esposa Sky Daily y su representante confirmaron que no tenía daño cerebral ni afecciones cardíacas ocultas y afirmaron que su corazón era fuerte.
El actor continuó su carrera
A pesar de estas dificultades, el también actor mantuvo su determinación para seguir activo. Incluso tras usar un bastón ocasionalmente por debilidad en las extremidades inferiores, continuó asistiendo a actividades sociales y proyectos como su nueva liga de lucha libre amateur.
Finalmente, el 24 de julio de 2025, Hulk Hogan falleció en su hogar de Clearwater, Florida, a los 71 años, a causa de un paro cardíaco. El desenlace llegó poco después de su recuperación de la cirugía cervical.