Delantero en su juventud, admirador de Cristiano Ronaldo y aficionado del Real Madrid, marcaba muchos goles, pero tuvo que elegir entre su fanatismo y una oportunidad de salir adelante. Así comienza la historia de Randy Arozarena, estrella de los Rays de Tampa Bay, quien se embarcó en un viaje peligroso en un pequeño barco desde su natal Cuba hasta México, para perseguir un sueño que muchos quieren, pero pocos alcanzan.
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"El béisbol era la única oportunidad de ganar dinero y ayudar a mis padres", dijo Randy para ESPN. "Ese era el sueño". Con el béisbol ganaba 4 dólares al mes, mientras que en el fútbol no ganaba nada. "El fútbol no pagaba nada. Por eso hice la transición al béisbol, pensando en el futuro cuando me convirtiera en hombre".
Luego de la trágica muerte de su padre, a causa de una reacción alérgica tras comer un plato de arroz con mariscos previo a un juego de Randy en Cuba, Arozarena se subió a una pequeña embarcación a través del Canal de Yucatán el 25 de junio de 2015, un estrecho que divide, el Golfo de México y el Mar Caribe. Con la bendición de su familia y alguno de sus hermanos, decidido a sacar a su familia adelante. Está a 120 millas de distancia de México, ya no hay marcha atrás. Escondidos para que la policía no los viera, altas horas de la madrugada, en aguas infestadas de tiburones, en donde muchos otros compatriotas y personas en busca de una oportunidad mejor han perdido la vida a causa del fuerte oleaje, tenía apenas 20 años de edad.
Su destino era Isla Mujeres, una isla a unas ocho millas de la costa de Cancún, México. Ahí solo lo espera un tío, que cuidará de él y lo acompañará en su camino de convertirse en un jugador de beisbol profesional, el camino es largo y la meta ambiciosa, pero nadie le quitaba esa idea de la cabeza al cubano que estaba decidido en lograrlo.
Ya en México, a Randy lo acompaña Ramón García, un scout mexicano de los Cardenales de San Luis, mejor conocido como Monchón. Una academia de béisbol local invitó a Monchon a entrenar y Randy estaba allí, el cubano recibió comentarios acerca de su tamaño y contextura, era pequeño y delgado, pero con un gran talento y versatilidad por explotar, era un atleta.
García vio en Randy la capacidad de adaptarse a los pitcheos, pero sobretodo el hambre con el que salía a jugar, cometiendo sus imprudencias como todos en sus inicios, pero nada que no se pueda corregir con entrenamiento. Después del entrenamiento en Mérida, donde estaba ubicada la academia, Arozarena jugó en la Liga Mexicana de Invierno del Pacífico en Navojoa, Sonora, ahí lideró la liga en jonrones. Luego jugó en la Liga Norte de México en el equipo de desarrollo de Toros de Tijuana, cerca de la frontera con Estados Unidos. Lideró esa liga en promedio y bases robadas.
Por recomendación de Monchon, los Cardenales de San Luis firmaron a Randy con un contrato de 1,25 millones de dólares, ahí comenzaría el viaje del cubano en las granjas de la organización en Júpiter.
En el equipo de Palm Beach, Arozarena bateó para .276 en 70 juegos, disparó ocho cuadrangulares y empujó 40 carreras. Ese mismo año (2017) fue promovido a Doble A, donde dejó línea ofensiva de 252/.366/.380/.746 en 51 cotejos.
En su segundo año en AA, el cubano acabó con la liga al batear .396 en 24 encuentros, lo que lo llevó directamente a AAA, allí batearía .292 con 17 jonrones y 66 empujadas en 153 desafíos, En 2019 recibiría el llamado a las Grandes Ligas.
Su primer año en las Mayores con San Luis, bateó .300 en 19 juegos, posteriormente sería cambiado a los Rays de Tampa Bay. Arozarena nunca antes había sido traspasado. Cuando la gerencia de los Rays lo llamó antes de la temporada 2020 para decirle que era su nuevo jugador, unos meses después de haber hecho su debut en la MLB con los Cardenales, no sabía lo que eso significaba para su futuro. Todo lo que entendió fue que ya no jugaba con los pájaros rojos.
"Cuando me sacaron del equipo tuve dudas", dice Arozarena.
Pero esas dudas se disiparon con la temporada que logró en Tampa. 3 cuadrangulares en la Serie Divisional de la Liga Americana ante los Yanquis y 4 más en la Serie de Campeonato ante los Astros, que lo llevaron a ser el MVP de esa serie. Su primer año en tiempo completo en las Grandes Ligas, ya era una estrella y querido por todos en Tampa.
La Fuga de Cuba hasta México y su paso por las ligas invernales aztecas hasta firmar con los Cardenales de San Luis donde logra llegara los Estados Unidos, ahí es donde Arozanera ve hacia atrás y recuerda todo lo que tuvo que pasar para perseguir su sueño. Cuando el periodista de ESPN le pregunta si él ha logrado más de lo que esperaba, responde: “He logrado lo que merecía”.