El mánager de los Gigantes de San Francisco, Bob Melvin, confirmó que existe una posibilidad real de que Rafael Devers vea acción en la primera base durante la próxima gira del equipo. El antesalista dominicano, de 28 años, ha estado lidiando con una molestia persistente en la ingle, pero eso no le ha impedido comenzar a tomar rodados en la inicial, lo que sugiere que su debut en esa posición podría estar muy cerca.
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La lesión de Eldridge abre la puerta
La decisión de probar a Devers en la primera base no es casualidad. El prospecto número uno de la organización, Bryce Eldridge, quien era considerado una opción inminente para reforzar al equipo grande, estará fuera de acción entre tres y cuatro semanas debido a una distensión en el tendón de la corva. Esta baja deja un vacío en la esquina fría que los Gigantes esperan llenar temporalmente con la versatilidad ofensiva de Devers.
Una transición planificada para San Francisco
Aunque Devers nunca ha jugado oficialmente en la primera base en Grandes Ligas, su disposición a adaptarse a nuevas responsabilidades defensivas representa un cambio importante respecto a su etapa en Boston. En San Francisco, el enfoque ha sido más progresivo y respetuoso con su proceso de adaptación, lo que ha facilitado su apertura a asumir nuevos retos.
Melvin ha sido claro: no se apresurará el proceso. “Queremos asegurarnos de que esté cómodo antes de ponerlo allí en un juego”, declaró el dirigente. Sin embargo, con la urgencia que representa la ausencia de Eldridge y la necesidad de mantener un bate potente en la alineación, el momento parece propicio para que Devers amplíe su perfil defensivo.
La posible inclusión de Rafael Devers en la primera base no solo aliviaría la carga defensiva del equipo, sino que también permitiría mayor flexibilidad en la rotación de bateadores designados. Además, podría ser el primer paso hacia una transición más permanente, especialmente si el dominicano demuestra solidez en la posición.