Iván Rodríguez, conocido como "Pudge", es el boricua con más Guantes de Oro en la historia de la MLB. Este legendario receptor puertorriqueño acumuló un impresionante total de 13 Guantes de Oro a lo largo de su carrera de 21 temporadas, destacándose como uno de los mejores defensores en la historia del beisbol.
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Nacido el 27 de noviembre de 1971 en Manatí, Puerto Rico, Iván Rodríguez debutó en la MLB con los Rangers de Texas en 1991. Su habilidad para manejar el cuerpo de lanzadores, su potente brazo y su capacidad para bloquear el plato lo convirtieron rápidamente en una figura clave detrás del plato. Rodríguez ganó su primer Guante de Oro en 1992, apenas en su segunda temporada en las Grandes Ligas, y continuó dominando la posición de receptor durante más de una década.
“Pudge” se alzó con el galardón en las temporadas: 1992, 1993, 1994, 1995, 1996, 1997, 1998, 1999, 2000, 2001, 2004, 2006 y 2007. Siendo el receptor con más premios en la historia.
Dominio Defensivo
Rodríguez no solo fue un maestro en la receptoría, sino que también estableció varios récords defensivos. Es el receptor con más partidos jugados en la historia de la MLB y lidera en asistencias y outs realizados por un receptor. Su capacidad para frenar el juego de carreras robadas de los equipos contrarios fue legendaria, con un porcentaje de éxito en eliminar corredores de 46% que lo coloca entre los mejores de todos los tiempos.
El impacto de Iván Rodríguez en la MLB va más allá de sus logros defensivos. Fue un líder en el terreno y un modelo a seguir para muchos jóvenes jugadores, especialmente para aquellos de origen latino. Su dedicación y ética de trabajo lo llevaron a ser seleccionado para 14 Juegos de Estrellas y a ganar el premio al Jugador Más Valioso de la Liga Americana en 1999.
El legado de Iván Rodríguez fue reconocido en 2017 cuando fue inducido al Salón de la Fama del Beisbol, convirtiéndose en el cuarto receptor en la historia en ser exaltado en su primer año de elegibilidad. Su carrera es un testimonio de la excelencia defensiva y del impacto duradero que un jugador puede tener.