Los Yankees de Nueva York han concretado un movimiento que podría mejorar su defensa en la tercera base: la adquisición de Ryan McMahon desde los Rockies de Colorado. Aunque su promedio de bateo (.217) y su OPS (.717) no impresionan a primera vista, el interés de los Yankees va más allá de los números ofensivos. McMahon representa una mejora defensiva inmediata en una posición que ha sido problemática durante toda la temporada.
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El verdadero valor de McMahon
Su colocación en el percentil 91 de Outs Above Average (OAA) en MLB lo sitúa entre los mejores defensores, compartiendo podio con nombres como Matt Chapman y Corey Seager; de hecho, sus cuatro Outs por Encima del Promedio lo tienen empatado como cuarto mejor tercera base en la temporada. Este nivel defensivo es invaluable para unos Yankees que venían sufriendo con una de las peores producciones ofensivas y defensivas en esa posición.
Además, su porcentaje de pelotas bateadas con fuerza (Hard-Hit%) es del 87%, igualando a Matt Chapman y superando a figuras como Fernando Tatis Jr., lo que sugiere que su producción ofensiva podría mejorar fuera de Coors Field.
¿Un bate limitado fuera de casa?
Históricamente, McMahon ha sido un jugador de rendimiento local: el 62.2% de sus carreras impulsadas han sido en casa, una cifra que solo supera Carlos González (64.1%) en la era de la bola viva entre jugadores con al menos 400 impulsadas. Esta dependencia del entorno de Colorado plantea dudas sobre su adaptación al Yankee Stadium, donde apenas ha bateado .146 en su carrera.
Aunque su promedio actual es de .217, McMahon aporta 16 jonrones y 35 impulsadas en la campaña, cifras sólidas para la parte baja del orden ofensivo. Además, su poder zurdo debería potenciarse en el Yankee Stadium, gracias a la cercana barda del jardín derecho, un factor que lo favorece en comparación con estadios más grandes como el de Colorado.
¿Por qué le cae bien a los Yankees este cambio?
La respuesta está en la necesidad. Con D.J. LeMahieu fuera del equipo y sin una solución clara en tercera, Ryan McMahon ofrece estabilidad defensiva y potencial ofensivo. Su contrato vigente hasta 2027 también brinda seguridad a largo plazo. En un mercado donde Eugenio Suárez era una opción más costosa, los Yankees apostaron por un perfil menos explosivo pero más completo.