El legendario jugador de los Guardianes de Cleveland, Rocky Colavito, falleció este martes a la edad de 91 años, así lo dio a conocer la Major League Baseball a través de su cuenta en la red social Instagram. “Nos entristece enterarnos del fallecimiento de Rocky Colavito”, señaló la MLB.
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Colavito jugó durante 14 temporadas al más alto nivel, de las cuales ocho fueron con el conjunto de Ohio, cuatro con los Tigres de Detroit y una con los Kansas City Athletics.
Entre 1958-1966, el jardinero de los entonces Indios de Cleveland promedió 35 home runs y más de 100 carreras impulsadas. Los únicos jugadores con más cuadrangulares durante ese lapso fueron Willie Mays, Hank Aaron, Mickey Mantle y Frank Robinson, todos inmortales del béisbol. Terminó su carrera con 374 jonrones y 1.159 carreras impulsadas.
El 10 de junio de 1959, se convirtió en el octavo jugador en la historia de la MLB en conectar cuatro jonrones en un juego. Terminó tercero en la votación de MVP ese año, el primero de los tres MVP entre los cinco primeros en su carrera. Conocido por su buena apariencia y su poderoso bate, Rocky Colavito también era temido por su fuerte brazo en los jardines.
El patrullero es conocido como el artífice de que los Guardianes no levanten el trofeo del comisionado desde hace mucho, luego de la temporada de 1959 y, pese a que tuvo un gran año al ser el líder de la Liga Americana en jonrones con 42 y segundo en impulsadas con 111, el gerente general de los Indios, Fred Lane, lo cambió a los Tigres de Detroit por Harvey Kuenn.
Los aficionados de Cleveland no lo podían creer, y se comenzó a correr la voz de que la salida de Colavito sería una maldición para los Indios, quienes a partir de entonces tuvieron que esperar 38 años para llegar a una Serie Mundial, la cual perdieron en siete juegos frente a los Marlins de Florida en 1997.
Una figura legendaria en Cleveland, Rocky Colavito fue incluido en el Salón de la Fama de los Guardianes en 2006.