Hace un año Carlos Correa veía la postemporada de las Grandes Ligas sentado en el sofá de su casa, junto a su esposa y dijo que no se lo quería perder más nunca. Luego vino una campaña decepcionante en lo personal para el boricua bateando para .230 y dejando un OPS de .711.
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Luego llegó octubre con los Mellizos de Minnesota en los juegos de comodín, esos momentos de presión que hacen que el campocorto, saque lo mejor de él.
En el juego 1, mostrando una inteligencia defensiva extraordinaria, haciendo un relevo y posterior out en plato con un tiro sin balance, la victima, Bo Bichette.
En el segundo encuentro, luego que los Azulejos de Toronto sacaran del partido a su abridor José Berrios con tan solo 47 envíos, tomó turno con las bases llenas, sencillo al centro productor, más adelante liquidó el ataque de los canadienses, dando la señal para sorprender en segunda a Vladimir Guerrero Jr.
Esa jugada puntualmente, estaba avisada por Correa desde el primer episodio al volver a la cueva, "escúchenme, no pueden escuchar al coach de tercera base, es una opción para sorprender a los corredores y está ahí", Indicó el torpedero a sus compañeros.
Todo el equipo avala el gran trabajo del puertorriqueño, el abridor Sonny Gray indicó, "su calma, su comportamiento, no hay momento que sea demasiado grande para él, las superestrellas aparecen en los momentos importantes".
Mientras tanto el venezolano Pablo López manifestó, "mientras el escenario se pone más grande, más se crece él".
Ahora la tarea continúa, Minnesota debe enfrentar al antiguo equipo del boricua los Astros de Houston.