En medio del explosivo arranque ofensivo de los Yankees esta temporada, hay una tendencia que ha generado bastante conversación en el clubhouse del Bronx: los bates “torpedo”, esa innovación con forma más aerodinámica y un diseño que, supuestamente, mejora la velocidad del swing y el control del bate.
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Varios jugadores han comenzado a adoptarlos —incluyendo a compañeros como Anthony Volpe, Jazz Chisholm Jr. y Austin Wells—, y se espera que Giancarlo Stanton lo utilice cuando regrese de la lista de lesionados. Sin embargo, Aaron Judge, líder y emblema de la ofensiva neoyorquina, se mantiene firme en su postura: no los necesita.
“Lo que hice en las últimas dos temporadas habla por sí solo”, dijo Judge recientemente ante la prensa. “¿Por qué intentar cambiar algo si tienes lo que funciona? ¿Por qué añadir un factor nuevo?”.
El capitán de los Yankees, dos veces Jugador Más Valioso de la Liga Americana, continúa utilizando el bate modelo Chandler, el mismo con el que ha alcanzado algunas de sus mayores marcas personales, incluyendo la temporada de 62 cuadrangulares en 2022. Y no muestra ningún interés en subirse al tren de las nuevas tecnologías… al menos por ahora.
Judge admitió que le pareció “sorprendente” ver tanto revuelo por los bates torpedo, e incluso comentó que no había considerado seriamente probar uno. Pero también dejó la puerta entreabierta a una posible evolución en su juego en el futuro.
“Si empiezo a perder algo más adelante en mi carrera, quizás lo considere. Pero creo que estamos bien donde estamos ahora mismo”, sentenció.
En un deporte donde cada ventaja cuenta, los bates torpedo representan la última frontera de la innovación ofensiva. Pero para un jugador que ha dominado con fuerza, paciencia y técnica, el cambio no es una prioridad. Y si el desempeño de Judge en este inicio de campaña sirve de indicio, tiene argumentos más que válidos para seguir con lo clásico.