El receptor dominicano Michael de la Cruz se ha convertido en una figura relevante para los Tigres del Licey. Su disponibilidad, calidad defensiva y química con sus compañeros, lo hacen ser uno de los jugadores más importantes de la plantilla.
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Durante una entrevista con la prensa del club, De la Cruz habló sobre su paso por el beisbol de Estados Unidos, así como de su trabajo dentro de la cueva del conjunto felino.
“Estoy agradecido con Dios y con los Padres que me dieron la oportunidad de jugar todos los días. Lo más importante fue que me mantuve saludable y pude jugar todo el año. Fue una bonita experiencia” expresó.
El nativo de Tamboril, quien ya contaba con una buena defensa, realizó ajustes para impactar aún más en el juego. “Hice ajustes en la forma de recibir, yo venía de la vieja escuela. Sin embargo, con los Padres de San Diego tuve que adaptarme”.
Además, de su incansable trabajo personal, De la Cruz transfiere sus conocimientos a los jugadores más jóvenes del conjunto felino. “La disciplina, el trabajo y el respeto. Respeto a los coaches, a la fanaticada y al compañero. Fue la clave del año pasado y venimos con la misma meta este año para ganar la 24″, concluyó.