Los masajes linfáticos, también llamados drenajes linfáticos, son una práctica de masoterapia que ayudan a mejorar la circulación del sistema linfático. Ese fin se consigue al eliminar el líquido intersticial y linfático del organismo, ejecutando presiones en zonas específicas.
NOTAS RELACIONADAS
Mantener en buen estado el sistema linfático es fundamental para cualquier individuo. El mismo se encarga de transportar los deshechos de la nutrición de las células hasta la sangre. De allí, los sigue moviendo hasta que finalmente terminan en el sistema excretor para ser expulsados.
¿En qué consisten los masajes linfáticos?
Los masajes linfáticos han ido ganando popularidad paulatinamente por los comprobados privilegios que ha otorgado a miles de pacientes. La práctica consiste en aplicar presión durante las partes del cuerpo que sean necesarias, dependiendo de cada persona. Es vital que sea suave e indoloro, a la vez de que sea muy relajante para quien lo recibe.
De igual forma, se deben hacer movimientos lentos y repetitivos que sigan la dirección de los conductos linfáticos. Vale acotar que, por lo general, el proceso no suele durar menos de una hora.
Beneficios para la salud
- Reactiva la circulación linfática y ayuda a eliminar el exceso de líquidos.
- Reduce la inflamación derivada de la retención de líquidos, regulando el tono muscular.
- Contribuye a mejorar las defensas del organismo.
- Combate enfermedades como la celulitis o el acné.
- Tiene un efecto analgésico.
- Posee un efecto relajante en el sistema nervioso, aliviando situaciones de estrés y ansiedad.
- Mejora la circulación sanguínea y ayuda a eliminar problemas derivados de una mala circulación.
- Estimula la función renal.