Las recientes y polémicas declaraciones de Donald Trump han reavivado un viejo debate sobre el papel de Estados Unidos en el escenario global. Desde su sugerencia de no descartar el uso de la fuerza militar en Dinamarca y el Canal de Panamá, hasta la coerción económica en Canadá, Trump parece estar impulsando un retorno a una presidencia imperial que busca reordenar las relaciones internacionales y el comercio en función de los intereses económicos y de seguridad de Estados Unidos.
Bajo el lema "America First" ("EU primero"), Trump se inspira en doctrinas expansionistas históricas, como la Doctrina Monroe y su interpretación por Theodore Roosevelt, así como en las políticas intervencionistas de George W. Bush durante la segunda guerra contra Irak. Estas ideas reflejan un deseo de establecer un nuevo orden global que favorezca a Estados Unidos, especialmente en lo que respecta a recursos estratégicos como el petróleo.
Migración y Golfo de México
Desde antes de asumir la presidencia, Trump ha introducido temas que podrían alterar el equilibrio de poder mundial. Sus amenazas relacionadas con cuestiones migratorias y comerciales sugieren acciones unilaterales que podrían afectar negativamente las relaciones con otros países. Su propuesta de renombrar el Golfo de México como "Gulf of America" ha sido interpretada como un claro indicativo de su enfoque nacionalista y expansionista.
Expansión territorial
Las acciones y propuestas del presidente indican una tendencia hacia la concentración del poder en la presidencia, reduciendo la influencia de otras instituciones y promoviendo una visión del Ejecutivo que busca expandir la influencia estadounidense a nivel global. Entre sus propuestas más llamativas se encuentran la anexión de Canadá, la adquisición de Groenlandia y la recuperación del control del Canal de Panamá, ideas que evocan la época de expansión territorial de Estados Unidos.
En escena el uso de la fuerza
La idea de anexar Canadá, aunque suene descabellada, tiene raíces históricas, ya que en el siglo XIX Estados Unidos intentó incorporar territorios de lo que entonces era una colonia británica. Por otro lado, el Canal de Panamá ha sido un símbolo del poder estadounidense en América Latina. A pesar de haber devuelto su control a Panamá tras los Tratados Torrijos-Carter en 1977, Trump ha dejado claro que no descarta el uso de la fuerza para recuperar este estratégico punto de tránsito.
La visión de Trump para un "nuevo imperio" estadounidense plantea interrogantes sobre el futuro de las relaciones internacionales y la estructura de poder dentro de su propio país.