En la idílica isla colombiana de San Andrés, conocida por sus paradisíacas playas y aguas cristalinas, se teje una trama desgarradora que revela la otra cara de un fenómeno migratorio clandestino. La historia de Ester y su esposo Roberto, cuyos nombres han sido cambiados por seguridad, ofrece un vistazo a la tragedia que afecta a aquellos que buscan una vida mejor en Estados Unidos a través de la denominada "ruta VIP".
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Ester perdió a su esposo Roberto un mes antes de celebrar su primer aniversario de bodas. Sin embargo, este no es un duelo común; es el resultado de una oscura realidad que envuelve a la isla caribeña. San Andrés se ha convertido en una suerte de punto de partida para migrantes que buscan llegar a Estados Unidos sin enfrentar los peligrosos obstáculos del Tapón del Darién.
La Procuraduría General de Colombia ha revelado que esta "ruta VIP" opera como un negocio clandestino, donde los migrantes pagan entre US$1.500 y US$5.000 por "paquetes turísticos". Estos paquetes incluyen el permiso para ingresar a la isla y el transporte en lanchas clandestinas desde San Andrés hasta el puerto de Bluefields en Nicaragua, una travesía de 232 kilómetros que marca el inicio de un viaje aún más arduo por Centroamérica y México en dirección a Estados Unidos.