El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha emitido un sombrío pronóstico para la economía de Latinoamérica, anticipando un crecimiento de apenas 1.8% para el año 2025. Este escenario se presenta en un contexto de inestabilidad económica, caracterizado por un aumento en la criminalidad, movimientos migratorios y una creciente deuda externa que afecta a varios países de la región.
A pesar de una relativa calma social y económica, muchos países han visto un desmejoramiento en su crecimiento económico desde entonces. La inflación ha aumentado considerablemente este año, lo que ha reducido el poder adquisitivo y el consumo, impactando negativamente los ingresos fiscales y complicando la situación del comercio.
Factores que han influido en el retraso
Los expertos atribuyen esta falta de crecimiento a una serie de factores, entre ellos, la baja tasa en el consumo, la prevalencia del mercado informal en sectores clave como el transporte, la construcción y los servicios. Además, el cambio climático también se suma a la lista de desafíos que enfrenta la región.
Tasa de emisión monetaria
En cuanto a las políticas monetarias, muchos países han optado por mantener tasas bajas de emisión monetaria para evitar la depreciación de sus monedas. Si bien esto ha mejorado la competitividad en el mercado internacional de divisas, también ha llevado a una drástica reducción del consumo y del crecimiento económico.
La influencia de Estados Unidos en la economía latinoamericana no puede subestimarse. Las políticas proteccionistas del anterior gobierno de Donald Trump y su continuidad bajo la administración demócrata han limitado la inversión extranjera en la región, lo que podría agravar aún más la situación económica.