Rowerth Goncalves / @rowerth92
En 1976 la historia de un boxeador subvalorado de Filadelfia llegó a los cines del mundo, su nombre, Rocky Balboa y fue encarnado por Sylvester Stallone. La cinta marcó generaciones y dejó escenas icónicas, como la carrera por las escaleras del Museo de Arte de la ciudad. En ese sitio se crio un venezolano que elegiría el boxeo como carrera, su nombre, Nalek Korbaj.
Nacido en Mérida, Korbaj pasó su infancia y adolescencia en el sitio en el que Stallone inmortalizó al boxeador ficticio y en el que demostró que, pese a ser el “underdog” podías conseguir el campeonato mundial. El criollo creció con el fútbol americano como pasión, pero al final se decantó por el boxeo.
Nalek Korbaj consiguió el boleto a los Juegos Olímpicos por el ranking mundial. Serán los primeros para el criollo en la división de 81 kilogramos, la antesala de los pesos pesados. Con su 1.74m de altura, el merideño espera hacer historia, pero además, su envergadura es la que le dio el apodo de “Rocky”.
“Siempre me han dicho que soy pequeño y piensan que soy un rival fácil, pero siempre tengo mi plan bien establecido”, aseguró el fajador que busca entrar en el “in fight” para poder aprovechar su estatura y golpear en el cuerpo a cuerpo.
Por esta situación es inevitable no caer en la comparación con el ficticio boxeador aunque el criollo nunca corrió los famosos escalones.
No siempre fue “Rocky”
Nalek Korbaj no siempre tuvo el apodo de “Rocky”, el criollo le fue otorgado ese remoquete tras sus actuaciones con la selección de Venezuela como la medalla de bronce que logró en los Panamericanos Lima 2019.
Antes de eso, tuvo otros apodos. Cuando regresó a Venezuela fue recibido en la Federación Venezolana de Boxeo y muchos le comenzaron a decir el “ruso” y el “gringo” por su español que ha fluido de mejor manera con el pasar de los años.
Con Caciques de Venezuela, equipo que participó en la Serie Mundial de Boxeo, logró tres triunfos y cinco derrotas. Con sus compañeros de equipo logró establecerse en el boxeo, incluso ya dio el salto al profesional.
Korbaj consiguió su primer triunfo en suelo colombiano ante el neogranadino Juan Guerra por la vía del nocaut técnico en el primer asalto. “Después de los Juegos Olímpicos voy a dedicarle más tiempo al boxeo profesional”, comentó.
En tierras colombianas se preparó al lado de Gabriel Maestre y Yoel Finol que tienen varias peleas en el profesional y una dilatada trayectoria en el amateur. “Siempre tengo contacto con los muchachos”.
El merideño espera lograr una presea para Venezuela en la disciplina que más medallas le ha dado al país, pero en los pesados nunca han podido lograrlo. “Nuestra preparación será en Rusia. Tenemos que topar con los mejores”, atizó.
Korbaj tiene claro que sus principales serán el kazajo Bekzad Nurdauletov y el cubano Arlen López, con quien ya ha rivalizado en muchas oportunidades.
Aún su español no es el más fluido, pero como Rocky Balboa, espera que sus golpes hablen por él. Es difícil no imaginar a Nalek Korbaj vestido con mono y sueter gris corriendo por las calles de Filadelfia. Ahora en los Olímpicos se podría dar una historia de película que termine con el criollo en lo más alto del podio y así lo ha visualizado.