Noah Lyles no tiene ningún problema en decir que es el hombre más rápido del mundo. La estrella del atletismo más querida (y odiada) de los Estados Unidos quiere que todo el mundo lo sepa. El atleta de 27 años Se llevó ayer el oro en los 100 metros masculinos en un final de fotografía, derrotando al hombre con el tiempo más rápido del mundo este año, el jamaiquino Kishane Thompson, por 0,005 segundos. Su tiempo ganador de 9,79 segundos no fue un récord mundial.
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Su bravuconería dentro y fuera de la pista ha llamado la atención de los aficionados de todo el mundo, pero uno de sus comentarios más memorables ni siquiera se refería a la pista. Después de que Lyles ganara el oro en los 100 metros, los 200 metros y el relevo de 4x100 metros en el Campeonato Mundial de Atletismo de Budapest el pasado agosto, habló sobre los jugadores de la NBA que se proclaman campeones del mundo.
“¿Sabes qué es lo que más me duele?” Lyles dijo en una conferencia de prensa “Tengo que ver las finales de la NBA, y tienen al campeón del mundo. ¿Campeón del mundo de qué? ¿De los Estados Unidos? No me malinterpreten. Amo a los Estados Unidos. Pero eso no es el mundo”. Kevin Durant, Damian Lillard y otras estrellas de la NBA aplaudió de vuelta.
Dardo al deporte estadounidense
Desde entonces, Lyles ha redoblado la apuesta por esa noción largamente debatida, aumentando su reputación como un talento de clase mundial que a menudo se frustra por la cantidad de atención que reciben sus homólogos del equipo estadounidense en el equipo de baloncesto masculino en comparación con él, seis veces medallista de oro mundial.
La falta de celebridad de Lyles, especialmente en años no olímpicos, es quizás indicativa del atletismo. El estatus del deporte en su conjunto es muy alto. Es un deporte que lucha por entrar en el mundo general de los deportes.
"Quiero saber cómo vamos a cambiar la idea del atletismo en la mente de la gente para que sea un entretenimiento", dijo a principios de este mes.
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