El haber tenido la oportunidad de transmitir algunas disciplinas de la NCAA por Meridiano TV, cambió muchas de mis perspectivas de la vida deportiva.
Los deportes de alta competencia nacieron para brindar espectáculo, dinero y pasión entre sus amantes. Quienes los practican son humanos, obvia acotación para algunos, pero útil recuerdo para otros, pues, su rol de estrellas o superdotados en una actividad física, muchas veces trae consigo la apropiación de algunas masas, de la obligación de exigirles resultados o entrega, además de condenar lo que no consideran correcto dentro de la disciplina deportiva o fuera de ella.
Quienes tienen la fortuna de dedicar su vida útil a desarrollar su talento en algún deporte, tienen que asumir que más que una forma de vida, es un compromiso que trasciende lo personal y que pasan a ser figuras de un país y ejemplo de muchos, para bien o para mal.
No es fácil llegar a la élite del deporte, estadísticas revelan, por ejemplo, que de todos quienes intentan llegar al beisbol de las Grandes Ligas solamente lo logra un 2% de esa población, y el resto ¿A qué se dedicará? Hay quienes tendrán la fortuna de emplear sus conocimientos deportivos para desarrollarse dentro del área sin necesidad de ser deportistas, pero una inmensa mayoría padece las consecuencias de haber elegido un solo camino que muchas veces su éxito no depende únicamente de ellos.
La estructura educativa de los Estados Unidos, parece entender esto a plenitud, pues, quienes elijan practicar algún deporte que posteriormente puede llevarle a representar al país, gozan de todo el respaldo para desarrollarse, pero también está diseñado todo el plan para darles facilidades de continuar ese camino junto a otro que puede servirles de soporte formativo, sean o no las grandes figuras que sueñan ser.
¿A dónde apuntar?
No caigamos en la realidad educativa en las instituciones públicas venezolanas, esa es materia de otro tipo de artículos y en otro tipo de medios, sin embargo, de la realidad no escapa que no existen instituciones suficientes para atender la demanda que un deportista que desea estudiar, necesita tener.
Resulta actualmente utópico pensar en una Venezuela con un programa establecido que lleve a los atletas formarse en un área deportiva y a la vez en una profesión universitaria, pero estamos todos convencidos que se necesitan deportistas integrales mejor capacitados y todo tiene que partir desde los primeros pasos educativos. Se requieren de institutos de Educación Primaria y de Bachillerato, especializados en atender deportistas. Existen muchos mecanismos digitales para hacerlo real y hay que dar los pasos, solo hace falta voluntad y ejecución, pues, deseamos un país en donde los que sueñan en representarnos en el deporte, no se vean en la obligación de elegir entre el estudio y dicha disciplina.
El deporte es más que un juego, es también formar figuras ejemplares.