Durante su participación en el pódcast Impaulsive, conducido por Jake Paul, Tom Brady ofreció una de las confesiones más llamativas desde su retiro. El legendario mariscal de campo compartió quiénes fueron los cuatro jugadores más temibles a los que tuvo que enfrentarse en sus más de 20 años en la NFL, una lista que refleja el respeto que el siete veces campeón del Super Bowl guarda por algunas de las figuras defensivas más dominantes de su era.
NOTAS RELACIONADAS
Ray Lewis lidera el listado de rivales intimidantes para Brady
En el primer lugar situó a Ray Lewis, histórico linebacker de los Baltimore Ravens. Reconocido por su intensidad y liderazgo, Lewis era el tipo de jugador cuya sola presencia en el campo generaba preocupación en cualquier ofensiva rival. Brady lo consideró como el defensor más difícil de enfrentar por su capacidad para anticipar jugadas y su dureza al momento del contacto.
El segundo nombre mencionado fue Ndamukong Suh, liniero defensivo de físico imponente y reputación temible. Enfrentarlo representaba un desafío físico constante, ya que se trataba de un jugador con fuerza descomunal y una actitud agresiva que imponía respeto en cada jugada.
El tercero en la lista fue J.J. Watt, uno de los jugadores más dominantes en su posición durante la última década. Su habilidad para penetrar la línea ofensiva con velocidad y precisión lo convirtió en una amenaza constante para cualquier mariscal de campo. A eso se sumaba su inteligencia táctica, lo que lo hacía aún más complicado de neutralizar.
El cuarto jugador fue Haloti Ngata, otro pilar defensivo de los Ravens. Su capacidad para detener el juego terrestre y presionar al pasador desde el centro de la línea lo hizo un oponente especialmente peligroso, capaz de controlar el ritmo del partido desde las trincheras.
Brady se define como un "psicópata competitivo"
En otro momento del pódcast, Brady reflexionó sobre su mentalidad ganadora y se autodefinió como un “psicópata” en lo que respecta a la competencia. Admitió que su impulso por superar a los demás no se limitaba al campo de juego, sino que abarcaba todas las facetas de su vida diaria.
Este tipo de enfoque, marcado por una obsesión constante con la victoria, fue uno de los pilares de su exitosa carrera en la NFL. Le permitió mantenerse competitivo durante más de dos décadas, enfrentando a las defensas más temibles y saliendo victorioso en los momentos más exigentes.
A pesar de su retiro, Brady continúa dejando huella con sus declaraciones, que ofrecen una mirada más profunda a la intensidad mental que lo llevó a convertirse en uno de los mejores jugadores en la historia del fútbol americano.