Pablo Alejandro Rondón| @PablinhooAlee
CARACAS. La proeza que un 21 de octubre, pero de 2007, escribió Kimi Raïkkonen quedó en la historia de la Fórmula 1, pues tras arribar en el tercer lugar de la tabla del campeonato de pilotos, finalizó con un gigantesco triunfo en Brasil que se combinó con otros resultados para que obtener su única corona en la máxima categoría del automovilismo y el último que ostenta Ferrari, en una de las grandes remontadas del deporte.
En la antepenúltima carrera de la temporada, en Japón, el finlandés había quedado tercero, mientras un joven Lewis Hamilton se montaba en lo más alto del podio con el McLaren Mercedes, para ampliar a 17 puntos la diferencia entre ambos. Parecía difícil porque lo máximo que podía sumar el “Ice Man” era 20 unidades, a través de obtener sendos triunfos en China y en Interlagos.
Venció en el gigante asiático, mientras el británico se retiraba, pero otro rival entraba en escena, Fernando Alonso, quien quedaba segundo con la misma escudería de Working. El inglés tenía 107 puntos, el español 101 y el nórdico arribaba a la centena de unidades, para dejar el final de foto en Sudamérica.
Con un doblete espectacular de los de Maranello, al escoltar a Kimi (actualmente en Alfa Romeo y recordman en Grandes Premios iniciados) el piloto local Felipe Massa, dejaron sin opción a un Alonso que a duras penas completó el podio y finalizó a casi un minuto de diferencia de la punta, además de un todavía imberbe Hamilton que finalizó séptimo tras salirse de pista en la arrancada al pasar por la tercera curva.
Massa se había quedado con la pole position el día anterior, mientras que Hamilton quedó por encima de Raïkkönen (2ª y 3ª), mientras que el bicampeón mundial intentaba el tricampeonato al partir desde la cuarta posición, pero no le alcanzó.
Fue el primer título de un corredor del Cavallino Rampante desde Michael Schumacher (2004) y el primer finlandés campeón del mundo desde Mika Hakkinen, quien se alzó en el último calendario del Siglo XX.