Engels Medina / @engelsmedina23
Si hubo un jinete venezolano que comenzó a labrar el camino para que otros compatriotas fueran tomados en cuenta en Estados Unidos; ese fue Eibar Coa. Es cierto, Gustavo Ávila ganó el Derby de 1971 y que Douglas Valiente ya había ganado un meeting en Gulfstream Park a finales de los 80, pero Coa fue una máquina de ganar carreras en el mejor hipismo del mundo en sus 16 años de profesión.
“La primera vez que incursioné en el norte fue en 1993. El primer hipódromo en el que estuve fue Hialeah Park –cerró en 2000- luego comencé a montar en el hipódromo de Calder y Gulfstream Park”, contó.
En 1993 ganó 166 competencias en 846 montas, nada mal para un jinete que en Venezuela no tenía muchas montas.
“Comencé a montar aquí en Valencia y La Rinconada, pero vista la falta de oportunidad que estaba recibiendo decidí irme a los Estados Unidos, consideraba que tenía mucho más material para explotar y no lo podía hacer con las pocas oportunidades que me estaban dando semanalmente”, comentó.
“En aquellos tiempos era muy diferente a lo que es el hípico internacional actual, no había muchos venezolanos, el racismo era súper intenso y las oportunidades eran muy escasas, nos pedían hablar el idioma y eso requería un esfuerzo mayor para tener más ocasiones”, explicó.
“La experiencia en Estados Unidos fue bonita desde el principio, no tengo una etapa precisa en que te pueda decir que esta fue mi mejor época, tuve una experiencia espectacular desde que monté, fueron 16 años de carreras.” dijo.
Logró ganar 4080 carreras en su carrera, 22 estadísticas, fue incluido en el Hall de la Fama por ganar más de 300 carreras en un año en el circuito de NYRA. Fue el primer criollo con 3000 mil triunfos en Estados Unidos y su legado es innegable.
Accidente.
Su brillante carrera llegó a su fin un 18 de febrero del 2011. Como todos los días se disponía a montar pero esa tarde el destino le jugó una mala pasada.
“Estábamos en carreras, un caballo se cae delante mí, no pude esquivarlo, me lo lleve por el medio, rodamos tres jinetes y lamentablemente yo tuve la peor parte. Me fracturé la cervical, la tráquea, y me realizaron dos operaciones, la primera para salvarme la vida, la segunda para estabilizarme el cuello”, explicó.
Llegó consciente al hospital pero el diagnostico de los médicos no fue el mejor; cuadriplejia.
Tuve una oportunidad de Dios.
Jamás se rindió, pero a pesar de eso el mismo está consciente que para salir de la situación en la que estaba necesitaba más que una simple ayuda.
“Un grupo médico te pronostica con una parálisis del cuello hacía abajo, es difícil que algo cambie, sinceramente creo que tuve una oportunidad de Dios.”, expresó.
Las redes sociales.
Cuando Coa, Domínguez y Castellano copaban la escena en los mejores recintos de Estados Unidos, las redes sociales no existían, incluso en el fin de la carrera de dos de esos estelares jockeys criollos, apenas se estaban expandiendo alguna de ellas.
Los aficionados al deporte de los reyes en Venezuela, se perdieron la oportunidad de disfrutar a estos tres látigos dominando todos los hipódromos en los que montaban, cada tarde, ganaban entre dos a tres competencias y eran los reyes absolutos de los meeting en los que participaban.
“Lo que más lamento de las dos etapas de las que hablas, es que el hipismo venezolano se perdió vivir esa época cuando Ramón, Javier y yo ganábamos tres a cuatro carreras al día, dominábamos totalmente los circuitos que corríamos, Miami, Nueva York, fueron pocas personas por medios escritos que pudieron informar lo que estaba pasando”, finalizó.
Rol en La Rinconada.
“Yo ahorita estoy de manera voluntaria en el hipódromo La Rinconada, soy Director de la academia de jinetes, es un rol nuevo que estoy ejerciendo y estoy bastante contento con eso”.