En un partido que prometía emociones, Lionel Messi volvió a hacer de las suyas, esta vez en el Mercedes-Benz Stadium de Atlanta. Corría el minuto 20 del encuentro entre el Inter Miami y el Atlanta United, y el equipo de la Florida buscaba igualar el marcador. Fue entonces cuando el astro argentino, como si de un mago se tratara, iluminó el campo con una jugada que quedará grabada en la memoria de los aficionados.
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La recuperación y el quiebre
Todo comenzó con una recuperación de balón en la zona de tres cuartos de cancha. Messi, con su visión privilegiada, interceptó un pase y, en un abrir y cerrar de ojos, se encontró frente al defensor central del Atlanta United. Con un movimiento de cintura que desafió las leyes de la física, Messi dejó al defensor desparramado en el césped, ganándose un espacio crucial para encarar al portero.
La vaselina exquisita
Con la portería a su merced, Messi demostró una vez más su calidad superlativa. En lugar de optar por un remate potente, el argentino eligió una vaselina sutil, precisa, delicada. El balón, con una parábola perfecta, superó al guardameta y se coló en la red, desatando la euforia en la hinchada del Inter Miami y el asombro en el estadio entero.
Un gol para la historia
El gol de Messi no solo significó el empate parcial para su equipo, sino que también fue una muestra más de su talento inigualable. La combinación de recuperación, quiebre y definición exquisita hacen de esta anotación un verdadero golazo, digno de ser recordado por mucho tiempo. Sin duda, Lionel Messi sigue demostrando por qué es considerado uno de los mejores futbolistas de todos los tiempos.