Este miércoles 7 de mayo fue una jornada histórica para el París Saint Germain (PSG), que se convirtió en el segundo clasificado para la final de la UEFA Champions League, donde se medirá a Inter de Milán, cuadro que eliminó al Barcelona, para sellar su boleto a Munich, donde se decidirá al campeón el próximo 31 de mayo.
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Para Luis Enrique es su oportunidad de oro para ganar su segunda orejona, uniéndose a la que obtuvo en 2015, cuando logró el triplete con el FC Barcelona. Ahora podrá repetir aquella gesta con el cuadro parisino, que está a un partido también de llevarse la Copa de Francia y que ya se coronó en la Ligue 1.
Todo esto lo podría lograr tras la salida de su principal figura, Kylian Mbappé, quien después de una larga novela firmó con Real Madrid. No obstante, parece difícil que el 10 de la selección francesa obtenga algún trofeo esta campaña, a diferencia del PSG, que se convirtió en un equipo colectivo con jugadores como Ousmane Dembelé, Bradley Barcola, Goncalo Ramos, Vitinha, Achraf Hakimi y el georgiano Khvicha Kvaratskhelia, quien llegó a mitad de temporada.
Luis Enrique confío en su equipo
Esto le da la razón a Luis Enrique, que a principio de campaña dijo a la prensa: "Estoy convencido de que la próxima temporada seremos mejores".
Aquello pudo parecer una frase optimista, pero que se ha convertido en una realidad. Ahora con menos luminarias que en el pasado, donde llegaron a compartir vestuario y delanteras estrellas como Neymar, LIonel Messi y Kylian Mbappé, se ha creado un equipo que tiene como figura indiscutible a Dembelé, el cual suma ya 33 goles en todas las competiciones.
El entrenador español ya acumula 54 partidos dirigidos esta temporada 2024-25 con el PSG, saliendo airoso en 39 ocasiones, empatando en ocho y perdiendo en siete. Son 137 goles anotados y 53 recibidos para un diferencial positivo de +84.