En la rica y laureada historia del Real Madrid en la Liga de Campeones de la UEFA, un torneo que ha conquistado en catorce ocasiones, las eliminaciones tempranas en las fases finales han sido relativamente raras. Sin embargo, la temporada 2003-2004 quedó marcada en la memoria de los aficionados madridistas como la última vez en que el equipo blanco tropezó en la ronda de cuartos de final.
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Un Madrid galáctico
Aquel año, el Real Madrid, dirigido entonces por Carlos Queiroz y contando con una constelación de estrellas como Zinedine Zidane, Raúl González, Roberto Carlos, Luís Figo y un joven Iker Casillas en la portería, se enfrentó en esta instancia al AS Mónaco, un equipo que, si bien no partía como favorito, demostró ser un rival formidable y lleno de sorpresas.
El partido de ida se disputó en el Santiago Bernabéu el 24 de marzo de 2004. En un encuentro que parecía encarrilado para los locales, el Real Madrid logró una victoria por 4-2. Los goles madridistas fueron obra de Iván Helguera, Zinedine Zidane, Fernando Morientes (paradójicamente cedido por el Real Madrid al Mónaco) y Raúl González. Por parte del conjunto monegasco, marcaron Sébastien Squillaci y Fernando Morientes nuevamente, dejando un marcador que, aunque favorable al Madrid, concedía esperanzas al equipo del Principado gracias a los dos goles como visitante.
La debacle merengue
La vuelta, jugada en el Stade Louis II de Mónaco el 7 de abril de 2004, se convirtió en una noche aciaga para los intereses del Real Madrid. El Mónaco, impulsado por su afición y con un planteamiento táctico efectivo, logró imponerse por 3-1. Ludovic Giuly, con un doblete, y Fernando Morientes, una vez más, fueron los verdugos del conjunto blanco. El único gol del Real Madrid en este encuentro lo anotó Raúl González, pero no fue suficiente para evitar la eliminación.
Con un marcador global de 5-5, la regla del gol de visitante favoreció al AS Mónaco, que avanzó a las semifinales del torneo, dejando al Real Madrid fuera de la competición en una fase relativamente temprana para lo que su historia demandaba. Esta eliminación supuso un duro golpe para el equipo y la afición madridista, marcando un punto de inflexión en la temporada y quedando registrada como la última vez, hasta la fecha, en que el Real Madrid no logró superar la barrera de los cuartos de final de la Liga de Campeones.