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El Real Madrid vivió una jornada inolvidable y llena de emoción al llegar a la emblemática plaza Cibeles para celebrar su decimoquinto título de la UEFA Champions League. La euforia y la alegría invadieron a todo el madridismo presente, que se congregó en masa para homenajear a sus héroes y disfrutar de un momento histórico en la historia del club.
La atmósfera en la plaza era simplemente mágica, con los cánticos de los aficionados resonando en cada rincón y el ambiente festivo impregnando el lugar. La diosa Cibeles, testigo de tantas gestas épicas del Real Madrid, recibió al equipo con los brazos abiertos, lista para ser partícipe de una celebración que quedará grabada en la memoria de todos los presentes.
Capitán con su público
Nacho, el valiente capitán del Real Madrid en ese momento, demostró su liderazgo y su amor por el club al colocar una bufanda y una bandera blanca alrededor de la estatua de la diosa Cibeles, simbolizando la unión indisoluble entre el equipo y su afición. Con la copa de campeones en sus manos, Nacho elevó el trofeo hacia el cielo, compartiendo la emoción y la felicidad con los miles de fanáticos reunidos en la plaza.