Dusan Vlahovic se sube al escenario de la Champions League con retraso, el goleador llevará la vieja camiseta de la Juventus de Ronaldo e intentará transportar su tremendo rendimiento en la competición local a un estadio La Cerámica del Villarreal para que su equipo se acerque a la clasificación.
La Juventus comprometió 70 millones de euros, con otros 10 millones de euros en complementos, para fichar a Vlahovic de la Fiorentina justo cuando se acercaba a su cumpleaños número 22 el mes pasado. Salieron adelante en un zarandeo de pretendientes, entre los más decididos el Arsenal, y la cuantía de la cuota, junto con la decisión del jugador de optar por la Juve, supusieron un voto de confianza a un club cuya fortuna ha decaído en el últimos 18 meses.
Esta temporada, como la anterior, se desarrolla en una batalla por terminar entre los cuatro primeros de la Serie A, un objetivo modesto para los ganadores de nueve de los últimos 10 scudetti, títulos italianos. Los tratos de la Juventus en el mercado de transferencias durante los últimos veranos, o inviernos, tampoco han pulido en gran medida la gran reputación del club como astutos reclutadores de activos de buen valor.
Habiendo dedicado una gran parte de su presupuesto a fichar a Cristiano Ronaldo en 2018 con la declaración de que sería la pieza que faltaba en un rompecabezas que presentaba un tan esperado triunfo en la Liga de Campeones, dejaron ir a Ronaldo, perdidos, el verano pasado.
Como siempre, había marcado mucho, pero no hubo una Copa de Europa de su paso por la Juve para agregar a las cinco que acumuló entre períodos en el Real Madrid y, en 2008, en el Manchester United.
Las credenciales de Vlahovic en la Serie A hablan por sí solas. La Fiorentina lo tenía listo para fichar, proveniente del Partizan Belgrado tan pronto como cumplió 18 años. En 108 juegos para ellos marcó 44 goles, estableciéndose como un operador de área de alto pedigrí, pero con un conjunto de herramientas cada vez más afilado desde más profundo. y posiciones más amplias.
Llegó a Italia apodado 'El Zlatan de Belgrado', un apodo que Vlahovic había provocado en parte por su propia confesión de que Zlatan Ibrahimovic era su ídolo y modelo a seguir cuando crecía.
Cuando el entrenador en jefe de la Juventus, Max Allegri, le dio la bienvenida a Turín el mes pasado, movió el dial hacia la próxima generación: "Está entre los mejores, junto a Mbappé y Haaland".
El bombo se justificó casi de inmediato. A los 13 minutos de su debut con la Juventus, Vlahovic había marcado su primer gol, demostrando una calma serena en su globo medido, en carrera, sobre el avance del portero de Hellas Verona, Lorenzo Montipo.
Cuatro noches después, hubo otro espectáculo de la excelencia de Vlahovic jugando fuera del hombro del último defensor. Recogió un pase largo, se abrió camino hacia la portería desde la izquierda de la Juventus para diseñar el gol de la victoria en los cuartos de final de la Coppa italiana contra el Sassuolo.