El desempeño de Fernando Batista al frente de la Vinotinto ha generado un debate acalorado en el entorno futbolístico del país. Si bien es cierto que logró revitalizar a una selección que parecía sumida en una crisis, los recientes resultados, especialmente la goleada sufrida ante Chile, han puesto en entredicho su continuidad.
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Para empezar el análisis, primero enfocaremos todo en lo positivo que llegó a tener a favor Batista.
Inicialmente, una resurrección de la Vinotinto que fue Indudablemente, Batista llegó en un momento crucial y logró despertar el espíritu competitivo de la selección. Victorias históricas y un juego más vistoso fueron los primeros frutos de su gestión.
Además, de un desarrollo de jóvenes talentos que ha brindado oportunidades a jóvenes jugadores, lo que ha permitido visualizar un futuro prometedor para el fútbol venezolano. Allí encontramos a los Jon Aramburu, Kervin Andrade y Telasco Segovia que comenzaron a ver sus primeros minutos con la selección.
Aunque todo esto parece que quedo en el pasado reciente, pues ahora hay argumentos aún más contundentes en contra de Batista y el análisis de la situación actual.
Primero, falta de ajustes tácticos y este es uno de los puntos más criticados de Batista es su rigidez a la hora de realizar cambios durante los partidos. La demora en modificar el esquema o sustituir a jugadores que no están rindiendo suele pasar factura, como se evidenció en el encuentro ante Chile.
Asimismo, selección de jugadores cuestionable. La inclusión de Tomas Rincón en el once titular contra Chile, a pesar de su evidente bajo rendimiento, fue una decisión que generó muchas dudas. La ausencia de jugadores como Eduard Bello en momentos clave también ha sido objeto de debate.
Una gran incapacidad para manejar partidos clave, si bien Batista ha conseguido buenos resultados ante selecciones de mayor jerarquía como Brasil y Argentina, la incapacidad para imponerse ante rivales directos como Chile, Bolivia y Paraguay es una señal de alarma.
Por otra parte, una falta de consistencia y es que la selección venezolana ha mostrado una gran irregularidad en su desempeño, alternando partidos brillantes con actuaciones muy pobres. Esta falta de consistencia es un reflejo de los problemas tácticos y de planificación del cuerpo técnico.
Finalmente, una pérdida de la ilusión, esta goleada sufrida ante Chile ha generado un profundo desánimo en la afición venezolana. La ilusión que se había generado con la llegada de Batista parece haberse desvanecido.
Los argumentos presentados evidencian que la continuidad de Fernando Batista al frente de la selección venezolana es cada vez más cuestionable. Si bien su gestión tuvo un inicio prometedor, los resultados recientes y la falta de evolución en el juego del equipo indican que es necesario un cambio de rumbo.
Debemos recordar que, la selección venezolana se encuentra en un momento crucial de su historia. Clasificar a un Mundial es un objetivo ambicioso, pero no imposible, pero para lograrlo se requiere un entrenador que sea capaz de implementar un proyecto deportivo sólido y para mantener a Batista al frente de la Vinotinto todo se han debilitado considerablemente. Es necesario evaluar con detenimiento la situación y tomar las decisiones más adecuadas para el futuro del fútbol venezolano.
