Salomón Rondón tiene 33 años. No corre tan rápido como hace tres o cuatro. Regatea menos. Le cuesta más irse de los rivales en velocidad y en el uno contra uno. Lo que le mueve es el hambre, la competitividad y la selección.
Su relación con el gol en los clubes ha cambiado y en el Everton vive su etapa más oscura: no marca un gol en Premier desde el 12 de diciembre de 2021.
Un delantero vive del gol y ahora Rondón vive de la selección. Vive de ello, especialmente después del fallecimiento de su padre, y se ha cambiado de piel para seguir alimentándose porque en su club no encuentra los minutos.
Salomón, desde el debut de Pékerman, ha jugado ocho partidos y en esos encuentros ha marcado cinco goles: Bolivia (3), Malta (1) y Emiratos Árabes Unidos (1).
Cinco goles que le sumaron a su registro histórico como máximo goleador de la Vinotinto para alcanzar los 36 tantos y olvidar el banquillo del Everton.
La selección para Rondón es un bálsamo, una cura para una temporada en la que solo ha podido jugar 88 minutos en la Premier League.
Una cantidad de minutos que queda chiquita en comparación con los que acumula este año con la Vinotinto: 606 minutos.
Salomón, con sus 36 tantos, es el profeta del gol en la Vinotinto y la Vinotinto es su refugio.