La reciente eliminación de los equipos argentinos del Mundial de Clubes 2025, mientras que los cuatro representantes brasileños avanzaron a octavos de final, ha desatado polémica y debates sobre las razones de esta marcada diferencia. El reconocido periodista deportivo Gustavo Grabia ha ofrecido un análisis detallado que arroja luz sobre las profundas disparidades entre ambas ligas.
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La superioridad económica del Fútbol Brasileño
Según Grabia, la principal causa de la supremacía brasileña radica en la notable ventaja económica y estructural de su liga. Al comparar la temporada de los equipos que disputaron el Mundial de Clubes, el periodista argentino destacó que, si bien la fecha de inicio es similar, la temporada brasileña es significativamente más larga, abarcando más partidos. Esta extensión no solo permite una mayor preparación y rodaje, sino que también tiene un impacto directo en la capacidad de los clubes para atraer y retener talento.
La diferencia en los ingresos es abismal. Mientras que en Brasil se reparten 2.000 millones de dólares entre 20 equipos, con 526 millones provenientes de los derechos de televisión, Argentina distribuye 1.400 millones de dólares entre 30 equipos, con 125 millones provienen de la televisión. Esta disparidad se traduce en cifras contundentes para los clubes: un gigante argentino como River o Boca puede recibir alrededor de 5 millones de dólares, mientras que un equipo brasileño de similar envergadura puede percibir hasta 40 millones de dólares.
Esta brecha económica no solo se explica por el hecho de que Brasil sea un mercado más grande, sino también por el valor que se le da a la venta de sus partidos al exterior. A diferencia de Brasil, el fútbol argentino fuera de los clásicos River-Boca o algunos pocos partidos de primer nivel, no genera interés internacional. "De 15 partidos, hay 10 que no le importan a nadie," afirma Grabia, lo que limita drásticamente los ingresos por transmisiones internacionales.
Un modelo de liga más lógico
Más allá de la cuestión económica, Grabia subraya que la organización de la liga brasileña, con solo 20 equipos y un modelo más "lógico" en su gestión, contribuye a su éxito. Esta estructura más compacta y mejor financiada permite a los clubes brasileños operar de manera más eficiente y planificar a largo plazo, atrayendo jugadores de mayor nivel del exterior, una posibilidad que los equipos argentinos difícilmente pueden permitirse.
En la última década, esta combinación de dinero, una liga con menos equipos y decisiones más coherentes ha permitido a Brasil no solo dominar la Copa Libertadores, sino también consolidarse como el principal representante de Sudamérica en el fútbol a nivel de clubes.
Si bien el fútbol no se juega exclusivamente con dinero, la realidad del mercado global dicta que los jugadores de élite se mueven por él. Esta perspectiva ofrece una explicación clara de los resultados opuestos entre los clubes argentinos y brasileños en el Mundial de Clubes 2025.