Escandalosas imágenes recorren el mundo tras el bochornoso episodio que se vivió al término del partido entre el Trabzonspor y el Fenerbahçe en la Superliga turca. Lo que debía ser una celebración por la victoria visitante (2-3) se convirtió en una batalla campal que dejó a varios jugadores del Fenerbahçe con lesiones y a la afición con un amargo sabor de boca.
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Tras el silbato final, los jugadores del Fenerbahçe se dirigieron al centro del campo para festejar su triunfo. Sin embargo, la alegría se vio truncada por la irrupción de ultras del Trabzonspor que invadieron el césped con la intención de agredir a los futbolistas visitantes.
Las imágenes hablan por sí solas: jugadores como Michy Batshuayi propinaron patadas a los aficionados, Osayi-Samuel se subió encima de uno de ellos para golpearlo, y Oğuzhan Oosterwolde incluso pateó en la cabeza a un seguidor que se encontraba en el suelo. La respuesta del Fenerbahçe fue contundente, pero no justifica la violencia inicial.
La trifulca no solo dejó jugadores heridos, sino que también puso en riesgo la integridad de Mert Müldür, quien fue atacado con un palo por un aficionado. Afortunadamente, el jugador logró esquivar el golpe.
La Federación Turca de Fútbol expresó su repulsa ante los hechos y anunció que se llevarán a cabo investigaciones para identificar a los responsables y aplicar las sanciones correspondientes. El Ministro del Interior turco también se pronunció en contra de la violencia y aseguró que se tomarán medidas para evitar que este tipo de incidentes se repitan.
Las repercusiones no solo se limitan al ámbito deportivo. Los clubes, jugadores y empleados involucrados podrían enfrentar sanciones disciplinarias, incluyendo multas, suspensiones e incluso privación de derechos.
La FIFA, a través de su presidente Gianni Infantino, también condenó enérgicamente la violencia. "La violencia presenciada tras el partido... es absolutamente inaceptable", declaró Infantino en redes sociales. "Hago un llamado a las autoridades pertinentes para que garanticen que esto se respete en todos los niveles".
Este episodio no es el único que ha manchado el fútbol turco en los últimos meses. La agresión del presidente del Ankaraguçu a un árbitro tras un partido también generó gran revuelo y dejó en entredicho la imagen del deporte en el país.
En la transmisión internacional, se observa como durante el encuentro, los hinchas ya se encontraban arrojando objetos al terreno de juego, varios de ellos objetos contundentes como navajas o encendedores, los cuales llegaron a impactar contra los futbolistas presentes en el campo.