El Barcelona consiguió una victoria agónica y dramática por 4-5 en su visita al Benfica en el Estadio da Luz, asegurando su boleto a los octavos de final de la UEFA Champions League, uniéndose al Liverpool como uno de los equipos ya clasificados.
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La primera mitad fue un auténtico festival de goles. El Benfica salió con una intensidad arrolladora, liderado por un inspirado Vangelis Pavlidis, quien se despachó con un hat-trick.
Por su parte, el Barcelona respondió con un gol de penal convertido por Robert Lewandowski, quien mantuvo a su equipo en el partido. El marcador al descanso reflejaba un 3-1 favorable a los locales.
Remontada Épica
La segunda parte fue un completo espectáculo. Los de Hansi Flick salieron decididos a remontar el encuentro y lo lograron con una dosis de épica y polémica. En el minuto 64, Raphinha anotó un gol insólito, tras un rechace del arquero que rebotó en su cabeza y se introdujo en la portería.
Sin embargo, la alegría duró poco, ya que cuatro minutos después, un autogol de Ronald Araujo devolvía la ventaja de dos goles al Benfica (4-2). A partir de aquí, el Barcelona mostró una cara totalmente distinta que le dio los tres puntos.
En el minuto 78, Lewandowski volvió a aparecer con otro penal, para marcar su doblete y acercar a su equipo en el marcador (4-3). El gol inyectó ánimos al conjunto culé, que se volcó al ataque en busca del empate y la insistencia tuvo su recompensa en el minuto 86, cuando Eric García conectó un potente cabezazo para igualar el encuentro 4-4.
La jugada de la polémica
El partido parecía destinado al empate, pero el drama no había terminado. En el minuto 98, última jugada del juego, Raphinha culminó una contra letal para sentenciar el 4-5 definitivo a favor del Barcelona.
La jugada generó una gran polémica, ya que instantes antes de la contra, un jugador del Benfica cayó dentro del área culé tras una acción que muchos consideraron como un claro penalti por empujón. No obstante, el VAR revisó la jugada y decidió no señalar la pena máxima, desatando la euforia en el bando culé y la indignación en el equipo portugués.
Cabe destacar, que cuando el árbitro dio el pitido final, el entrenador del Benfica, Bruno Lage, reunió a sus jugadores y se le vio bastante molesto por el resultado, dando un toque de atención a su combinado.