La FIFA se prepara para introducir un cambio de reglas potencialmente transformador con el sistema Football Video Support (FVS), diseñado para brindarles a los entrenadores una nueva herramienta para cuestionar las decisiones de los árbitros.
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En una era cada vez más dependiente de la tecnología para mejorar la equidad en el juego, el FVS ofrece una alternativa simplificada al VAR, diseñada específicamente para ligas con recursos financieros y configuraciones de cámara limitados.
Si bien comparte algunas similitudes con el sistema existente Video Assistant Referee (VAR), el FVS transfiere notablemente el poder de toma de decisiones parcialmente a los entrenadores, lo que les permite cuestionar las decisiones que creen que se tomaron por error.
El FVS, probado recientemente en las Copas Mundiales Femeninas Sub-20 y Sub-17, permite a los entrenadores iniciar hasta dos desafíos por partido para decisiones específicas, como goles, penales o tarjetas rojas.
Aprobada por la International Football Association Board (IFAB) a principios de este año, la FIFA pretende ampliar su uso a otras competiciones tras los comentarios positivos recopilados durante las pruebas, informa L'Equipe.
A diferencia del VAR, donde los árbitros externos supervisan el partido desde múltiples ángulos, el FVS funciona con una tecnología mínima, normalmente no utilizando más de cuatro o cinco cámaras. Según Pierluigi Collina, presidente del Comité de Árbitros de la FIFA, esta configuración más simplificada hace que el sistema sea viable para las ligas que no pueden soportar la carga financiera del VAR.
Funcionamiento del FVS
En el sistema FVS, el entrenador de cada equipo puede solicitar la revisión de una decisión cuestionada mediante una señal al árbitro, quien luego verá la grabación en un monitor lateral. Un operador de repetición designado se encargará de la reproducción, pero la decisión final corresponde al árbitro, quien toma la decisión final sin la intervención adicional de un oficial de VAR independiente.
Esta configuración permite a los entrenadores cuestionar las decisiones y, al mismo tiempo, garantizar que no se revisen todos los incidentes del partido. En cambio, las revisiones se limitan a situaciones de alto riesgo: goles, decisiones de penales y tarjetas rojas. Los entrenadores deben usar sus impugnaciones con prudencia, ya que están limitadas a dos por partido y pierden una si una revisión no es exitosa.
